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Viaje del Comedor “Nuestra Señora del Rosario”

Una experiencia inolvidable

Algo pasa hoy en Triana, y nadie sabe qué es. Al torcer por San Jacinto muchas personas se ven cargadas con su macuto y con maletas también: son los de Pagés del Corro que lo van a pasar bien, pues van a tener unos días de relax, van a tener la posibilidad de disfrutar en una playa bonita.

Y así fue. El ambiente que se creó era festivo, se les notaba al hablar, pensando cómo sería este viaje.

Llegado el momento de la partida, nos reunimos en la puerta para, desde allí, ir al autobús. El autobús se llamaba “El Torero”, para que no falte de ná.

Entre risas y suspiros, felices, animados por la novedad de tan feliz viaje, todos queríamos entrar a la vez; inquietos, buscábamos al compañero… y ya, bien acomodados, empezamos nuestro caminar.

Ya hacía tiempo que queríamos realizar esta experiencia con las personas que vienen a nuestro comedor “Nuestra Señora del Rosario”en Sevilla. Solicitamos a la Junta de Andalucía el poder llevarlos al Programa “conoce tu tierra”, a una Residencia de tiempo libre, de las muchas que tiene la Junta por toda nuestra Comunidad. Y nos lo concedieron. El lugar fue Aguadulce, (Almería), lugar precioso y muy bien equipado. En este momento empieza nuestra maravillosa aventura.

Como no teníamos mucho tiempo, pues los días que nos concedieron estaban próximos, pronto empezamos a preparar todo lo necesario para el viaje, que no era poco, pero con la participación de todos se hizo rápidamente, y disfrutamos con cada cosa que iba quedando terminada.

Han participado en esta experiencia 38 personas de las que vienen al Comedor y 12 voluntarios. Ha sido una experiencia inolvidable, para ellos y para todos los que hemos tenido la suerte de poder acompañarlos. La convivencia entre todos ha sido maravillosa, compartiendo juegos, visitas, paseos, y lo más importante, la fe, que muchos la tienen bien arraigada, y nos dan ejemplo. No se puede explicar con palabras todo lo que allí hemos vivido unos y otros.

Bastantes de ellos llevaban años sin dormir en una cama y sin tener una ducha caliente al levantarse o al acostarse. ¡¡Qué guapos aparecían por la mañana en el desayuno!! No nos distinguíamos de otros grupos que, como nosotros, participaban en el mismo programa.

Los días se han pasado pronto y todos querían quedarse. Es normal, no tenían ganas de volver y encontrarse de nuevo con la realidad que vive cada uno, muchos la calle; pero teníamos que hacerlo.

Desde ahora la relación entre ellos va a ser diferente, pues han vivido momentos únicos, que de alguna manera ha cambiado su vida.

Algunos, en su conversación con nosotras nos decían, “estos días me estoy sintiendo persona”. Creo que han conseguido desde el amor, el cariño, la aceptación…, transformar un poco su realidad, y nosotros haremos todo lo posible para que siga siendo así. Todos agradecían estos días emocionados, y daban gracias a Dios por haber podido disfrutar de esta experiencia.

Por nuestra parte agradecemos también al Señor el haber podido hacer felices a este grupo de personas. Y es mucho más lo que todos hemos recibido de ellos, que lo que nosotros les hemos podido dar.

Cada día el Señor nos da la oportunidad de vivir la espiritualidad del encuentro en clave de misericordia; en estos días lo hemos vivido unos y otros plenamente.

Los participantes el grupo.

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