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Reconocimiento a Sor Ana María Ruz, H.C., Premio Dr. Gálvez Ginachero

El 29 de septiembre del 2022, la Asociación Pro-Beatificación Don José Gálvez Ginachero junto al Colegio oficial de Médicos de Málaga organizaron la segunda edición de los Premios “Dr. Gálvez Ginachero”. Tres eran las personas premiadas y entre ellas, se encontraba nuestra querida Hermana Sor Juana María Ruz Tapia por su labor social durante 30 años en el “Coliché”, casa de acogida para enfermos de VIH-SIDA.

El Dr. José Gálvez Ginachero nació el 29 de septiembre de 1866 y fue ginecólogo, médico de las mujeres más pobres de la ciudad, alcalde de Málaga, presidente del Colegio oficial de médicos, miembro de la Sociedad de San Vicente de Paúl, cristiano convencido, humilde y entregado a los más pobres y necesitados de su tiempo. Falleció el 29 de abril de 1952 en olor de santidad y hoy está introducida su causa de beatificación.
Sor Juana María Ruz no pudo asistir al evento y delegó en una Hermana, miembro del Consejo provincial, para que fuera a recoger el premio. Primero, se proyectó un pequeño y precioso vídeo en el que se presenta una breve semblanza de lo que ha sido su vida hasta el día de hoy. Después de acoger el premio en nombre de Sor Juana María y de manos de una biznieta del Dr. Gálvez Ginachero, nuestra Hermana consejera, con gran emoción, pronunció estas palabras:

“Buenas tardes a todos los aquí presentes.

“Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que proclama la paz, que lleva la buena nueva…!” Hoy podríamos aplicar este texto del profeta Isaías a la vida de nuestra Hermana Sor Juana María Ruz Tapia. El grupito de Hijas de la Caridad que nos encontramos aquí entre vosotros, sentimos mucho -esta tarde- la ausencia de nuestra Hermana Sor Juana María que, por motivos de salud, no ha podido venir a recoger el premio que con tanto cariño le ha otorgado la Asociación “Dr. Gálvez Ginachero” junto al Colegio oficial de médicos de Málaga.

Yo, personalmente, no me siento digna pero sí me siento muy privilegiada de poder recogerlo en su nombre, pues creo humildemente que nuestra Hermana Sor Juana María se lo merece. Las Hijas de la Caridad llevamos casi cuatro siglos entregando nuestras vidas a Dios y al servicio de los más necesitados con gratuidad, con discreción, y sin esperar ninguna recompensa humana. Pero eso no nos impide que, esta tarde, agradezcamos de todo corazón a las personas que han sabido descubrir la entrega generosa de nuestra Hermana Sor Juana María y han querido obsequiarla con este gesto de reconocimiento y de cariño. En cuanto me encuentre con ella -quizás mañana mismo-, le transmitiré este signo de atención hacia ella, le daré un gran abrazo en nombre de todos los que hoy hubieseis deseado abrazarla por su vida de entrega total a los demás, sobre todo a los enfermos, sin escatimar ningún esfuerzo, cuidando y animando física y espiritualmente a los más vulnerables y necesitados de la sociedad.

No puedo olvidar y todavía me emociono al recordarlo, que, en mis primeros años de vocación, ella fue un referente y un ejemplo para mí. A finales de los años 80 y principios de los 90, cuando los enfermos de VIH-SIDA eran considerados como los apestados de nuestra sociedad, Sor Juana María con otras Hermanas se ofrecieron para dedicarse a ellos con alma, vida y corazón, dando comienzo la casa de acogida de “Coliché” en colaboración con Cáritas diocesana de Málaga. Allí ha pasado estos últimos 30 años derrochando cariño y atención a cuantos han tenido la dicha de ser acogidos. Ahora, en Granada, continúa su misión junto a Hermanas mayores y enfermas que necesitan más cuidados que ella misma. Sí, su testimonio nos estimula a todos a seguir los pasos de San Vicente de Paúl, nuestro Fundador y al que el Dr. Gálvez Ginachero también tuvo como patrón y guía en las muchas tareas que acometió en favor de los demás, en favor de los malagueños, siempre atento a los más desfavorecidos. Seguro que esta tarde nos mira, nos sonríe desde el cielo y nos recuerda aquello que tanto repetía San Vicente: “los pobres son mi peso y mi dolor”. Hoy, como en tiempos de San Vicente, como en la época del Dr. Gálvez Ginachero, las situaciones de pobreza y vulnerabilidad nos interpelan. Seamos solidarios, no pasemos de largo ante las necesidades de los demás.

Esta tarde elevamos nuestra acción de gracias a Dios que ha hecho maravillas en la vida de nuestra Hermana Sor Juana María. Gracias a todos los que han trabajado y colaborado con ella, gracias a los miembros de la “Asociación Dr. Gálvez Ginachero” que han reconocido su gran labor humanitaria, social y espiritual y gracias a todos los que nos acompañáis esta tarde. Que Dios os bendiga a todos. GRACIAS.”

Una Hermana presente en el evento.

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