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Ser un buen cuidador vicenciano

Durante los días 5, 6 y 20 de marzo ha tenido lugar en Granada, Sevilla y Canarias respectivamente, las jornadas formativas de nuestros Centros Residenciales y Comunidades de Hermanas Mayores sobre el Perfil del Cuidador Vicenciano, impartido por Miguel Sánchez Alba, sacerdote de la Congregación de la Misión.

Dicha reflexión sobre nuestro perfil vicenciano viene recogido en el documento interno de nuestra Provincia que se denomina “Modelo de atención Socio Sanitaria Vicenciana de los Centros Residenciales y Comunidades de Hermanas Mayores”.

En una primera etapa de la jornada se nos definió cuales son las características que debe tener un Cuidador Vicenciano. Características y forma de trabajo que San Vicente y Santa Luisa tenían muy claro cómo debían de ser:

1.- Una persona conocedora de la realidad y sinodal.
2.- Que ofrece un trato de calidad y coherencia entre los profesionales y con los residentes.
3.- Facilita y estimula la autoestima.
4.- Que siempre tiene presente el principio de moral fundamental.
5.- Reviste todas sus acciones del espíritu del evangelio y del Carisma Vicenciano.
6.- Siempre disponible para escuchar.
7.- Cuidando el servicio integral y personalizado en la persona.
8.- Constructor de unidad desde una dinámica compartida.
9.- Siempre en el pupitre de Jesús: Formación continua.
10.- Maestro de esperanza y ternura.
11.- Facilitador de autonomía.
12.- Que favorece la dignidad humana en todas sus dimensiones y etapas de la vida.
13.- Sirve con la mirada de Jesucristo.
14.- El buen Cuidador Vicenciano es el Buen Sembrador.

Una vez vistas las características del Cuidador Vicenciano, pasamos a reflexionar cada uno de nosotros qué debilidades y fortalezas habíamos descubierto en nosotros-mismos. Cuestión que nos permitió ahondar en lo más profundo de nuestro ser y descubrir qué es lo que hacemos y no hacemos bien, en el día a día con nuestros mayores, cuestionándonos qué medios vamos a poner para superar las debilidades encontradas.

La convicción para cada uno de nosotros está clara “EL BUEN CUIDADOR TIENE QUE VER A DIOS EN CADA UNA DE LAS PERSONAS A LAS QUE CUIDA Y SIRVE CADA DÍA”.

Fue un encuentro muy agradable, no sólo nos aportó muchísimo y muy bueno, sino que el ejemplo impagable con las narraciones que nos relataba el extraordinario ponente que nos lo impartió, de su experiencia vital durante décadas dedicándose al cuidado y asistencia de las personas más vulnerables de la sociedad, hizo que nos envolviéramos durante unas horas en un aura de ese carisma Vicenciano que seguro que todos los participantes recordaremos día a día en nuestro quehacer diario. El encuentro fue provechoso y fructífero.

Constatamos que dicha formación se debería de impartir y refrescar continuamente para cuestionarnos si somos como San Vicente y Santa Luisa querían que fuéramos: mediadores de Jesús en la tierra.

Ha sido una jornada fantástica, positiva y muy agradable. Por eso queremos dar las GRACIAS por este día, animar a todo los que formamos parte de esta familia a asistir a estas formaciones.

Marta, Fernando y Rosa Mª.

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