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Mayo 2018

Encuentro Inter-Asambleas de Visitadoras y de la Responsable Regional de la Compañía

Del 4 al 12 de mayo, las Visitadoras y la Responsable Regional, comenzábamos los Ejercicios Espirituales, en la Casa Madre, animados por el P. Bernard Schoepfer, Director General.

A lo largo de los días fue recorriendo los textos que hacen referencia a la Virgen María en los Evangelios de Lc y Jn, comenzando por “el Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lc 1.35) y nos animaba a creer que esto se realizaría en cada una si abríamos nuestros oídos y corazón a la Palabra y la escuchábamos. Como María, seremos felices por haber creído y proclamaremos las grandezas del Señor, porque la alegría es signo de la presencia de Dios en la Iglesia y en los creyentes.

Nos invitaba también a meditar los acontecimientos en el corazón (Lc 2, 19), para descubrir el sentido de lo sucedido. María lo guardaba para transmitirlo y quizá la primera generación cristiana le pedía a María que les contara cosas pues ella era memoria viva y nos invita a nosotras a ser esa memoria viva, también del carisma.

No todo fue un camino de rosas en la vida de María, como en la de cualquier criatura. Tras los acontecimientos alegres y la promesa de felicidad, pronto escucharía: “Una espada atravesará tu alma” (Lc 2,35) Y es que la fe no suprime la prueba, tampoco en la vida de María. Ella comprendió y nos ayuda a nosotras a comprender, que Dios no quiere el sufrimiento sino la fe, la esperanza, el amor… en medio del sufrimiento. Nuestras manos, sonrisa, corazón… pueden hacer sentir al que sufre, la compañía de Dios. Contemplemos el anverso de la medalla: dos corazones expresan esta realidad y el vínculo entre María y su Hijo.

En Lc 11, 28, Jesús proclama felices a los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen y en Jn 2,5, María da a los apóstoles, y en ellos a nosotras, una misión: “Haced lo que Él os diga”. La escucha y meditación de la Palabra de Dios nos conduce a la acción, esta era también una convicción de san Vicente.

El evangelista Juan nos narra el momento final de la vida de Jesús y cómo, en medio de su sufrimiento, quiso dejarnos a su madre y dejarnos en su madre: “Ahí tienes a tu madre… ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,27) y ahí estuvo María, acompañando la fe vacilante de sus hijos hasta el cenáculo: Hch1, 14: “Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la Madre de Jesús”.

El comentario de cada uno de los textos finalizaba con una referencia a los Fundadores y con una aplicación del mismo a nuestra misión, definida en la Guía de la Visitadora y el Consejo Provincial.

El buen tiempo nos acompañó en esos días y pudimos aprovechar el jardín para nuestra reflexión y momentos de oración. Cada tarde, en la capilla de san José, se exponía el Santísimo hasta la hora de Vísperas y allí vivíamos tiempos largos de adoración y encuentro con el Señor Jesús.

La liturgia del tiempo Pascual nos ha regalado dos fiestas significativas e importantes: la fiesta de santa Luisa y la fiesta de Pentecostés.

En la fiesta de santa Luisa, disfrutamos durante todo el día de la presencia del documento original de santa Luisa de la Luz de Pentecostés. Nos acompañó en la capilla y en el salón y fue un día emocionante, pensando que ese papel había estado en sus manos y había manejado la pluma para narrar su experiencia, con borrón y todo… La vigilia de oración fue muy significativa para todas.

El domingo de Pentecostés aprovechamos para participar en la Eucaristía de la Parroquia san Nicolás des Champs, la parroquia de santa Luisa y donde ella recibió una luz especial en esa fiesta, según nos narra en el documento. Fue una Eucaristía solemne; El párroco felicitó a las Hijas de la Caridad que habíamos acudido a recordar, dar gracias y celebrar la experiencia de la Fundadora.

Finalizados los Ejercicios, comenzó el encuentro muy bien organizado en el que ha habido tiempo para la información, la formación, el intercambio, la celebración, el compartir en foros, grupos y talleres, etc. También tiempo de oración personal y en grupo y tiempo para la fiesta fraterna con las Hermanas de la Casa Madre.

Sor Kathleen, en la apertura del Encuentro, nos recuerda que estamos presentes todas las Visitadoras; unas por primera vez, 28 ya estuvieron en la Asamblea General de 2015; se han nombrado 20 visitadoras nuevas desde febrero de 2017 y algunas llevan menos de un año.

Se alegra de que este encuentro se realice en tiempo Pascual y nos anima a revivir la experiencia de las amigas de Jesús que, en la mañana de Pascua, salieron a su encuentro con audacia, con determinación y esperanza porque le amaban.

Presenta los objetivos del mismo: formación para el servicio de visitadoras, progresión en la aplicación de la Asamblea 2015 y preparación de la Asamblea 2021. Expresa que la organización del encuentro ha tenido en cuenta las respuestas que cada una dimos al inscribirnos a un desafío y una esperanza para la provincia. Nos invita a orar y a pedir la luz del Espíritu Santo, a escuchar y aprender unas de otras y nos recuerda unas palabras de la M. Guillemin (1-1-1968) sobre el fin de la Asamblea: “Que la Compañía de las Hijas de la Caridad, una vez que ha comparado su vida con las prescripciones del Evangelio, se reajuste a su Divino Maestro, a Cristo. Y que por este medio, se convierta, por cada uno de sus miembros y por cada una de sus comunidades, en signo de Dios entre los pobres, en verdadero testimonio de la fe por la caridad”.

De la Información dada por la Superiora General, al abrir el encuentro, comparto simplemente estos datos a 31 de diciembre de 2017: La Compañía cuenta con 14.572 Hijas dela Caridad en el mundo, de las cuales, 386 Hnas. antes de hacer los votos y 163 Hnas. En los diferentes Seminarios. La compañía está presente en 93 Países, 52 Provincias y una Región (Albania).

La presentación de la Compañía en el mundo, se fue haciendo a través de un folleto en el que aparecía cada Provincia, con una foto de la Visitadora, los países que comprendía, hermanas y comunidades, además del desafío y la esperanza expresada por cada una. Tras esta presentación pudimos comprobar que mientras unas provincias envejecen y disminuyen, otras rejuvenecen y aumentan con vocaciones jóvenes. Estas últimas expresan la necesidad de hermanas para la formación y el acompañamiento.

Los temas de formación han sido:

Discernir, acompañar, integrar la fragilidad, con una conferencia del P. Heri Hauber, sj, sobre el discernimiento y mucho diálogo con el ponente y en los grupos.

Estimular el impulso misionero y el desafío de la Misión ad gentes, con experiencias sobre las esclavitudes modernas, misiones interprovinciales en lugares de migración y mesa redonda compartiendo experiencias misioneras (Mozambique, Haití; Mauritania).

Relanzar el ardor misionero: Para este tema contamos con El P. Tomas Mavric. Recordó que ser misionero es parte de la llamada cristiana, “Id por todo el mundo” (Mc 16,15) y el Papa en el Simposio de Roma, 2017 nos invitó a salir. Es parte del carisma vicenciano, san Vicente envió misioneros a distintos lugares, a pesar de las dificultades. Nos recordó unas pautas concretas para la revitalización del celo misionero.             .

Tuvimos oportunidad de dialogar ampliamente con él y, tras la comida, salimos en peregrinación a Chartres, recordando a santa Luisa y celebrando la Eucaristía presidida por él.

Internacionalidad de la Compañía: reflexionamos y dialogamos sobre el tema y pudimos escuchar la intervención de sor Catherine Prendergast que es una de las Hijas de la Caridad que colabora en la ONU, representando a la Compañía para hacer presente allí la voz de los pobres, junto a otros miembros de la Familia Vicenciana. Nos animó a compartir situaciones de injusticia que descubramos, enviando información para poder presentarla en la ONU.

Promover la cultura del encuentro: Tras dialogar ampliamente en el Foro sobre el tema, el Cardenal Luis Antonio Tagle (Arzobispo de Manila y Presidente de Caritas Internacional) impartió una conferencia con un estilo ágil, sencillo, profundo y lleno de humor. Como punto de partida afirmó que es fundamental la cultura del encuentro en la misión eclesial en estos tiempos de migraciones, y no podemos desentendernos, pues uno de los riesgos es que cerremos los ojos, que hagamos desaparecer de nuestras mentes a esas personas. Fomentar la cultura del encuentro en la comunidad y en la misión, acogiendo, tocando sus heridas. Como Tomás, no podemos decir: ¡Señor mío y Dios mío! si no tocamos las heridas. No habremos visto a Jesús si no tocamos las heridas de la humanidad. A continuación pudimos dialogar con él sobre los interrogantes que su exposición nos había planteado y celebrar la Eucaristía, presidida por él.

Tiempo para escucharnos y hablarnos en los diferentes talleres: las relaciones, la internacionalidad de la Compañía, la revisión de obras y los jóvenes. Una oportunidad para compartir experiencias en grupo y aprender unas de otras.

Responsabilidad de los bienes de la Compañía: orientadas por el P. Jean Paul Marsaud, Hijo de la Caridad, que comentó los últimos documentos eclesiales sobre la administración de los bienes en los Institutos de Vida consagrada y Sociedades de vida apostólica, recordándonos la responsabilidad de todas en la administración de los mismos.

Para la reflexión, estudio e iluminación de los temas, disponíamos de un folleto con textos muy significativos y ricos de los últimos documentos eclesiales. Hemos valorado esta selección de textos en relación a los temas, como una buena base a la hora de compartir nuestras reflexiones y un buen recuerdo de textos ya leídos, pero que sonaban distintos en esa clave.

Al finalizar los días de formación, acudimos a San Lázaro, a los pies de san Vicente, a celebrar la Eucaristía. Con emoción y repetidas veces, suplicábamos al Fundador: “Enséñanos a amar… al pobre nuestro hermano, como lo amaste tú”, ¡y lo cantábamos todas!

El método de trabajo para los temas consistió en tiempos de reflexión personal, diálogo en foros por lenguas, grupos de trabajo y talleres, para algunos temas. Después se compartían las síntesis en gran grupo y debatíamos sobre las mismas. A todo ello nos ayudó, como facilitadora, Sor Micheline Tremblay (Hna. De la Cruz)

Preparación de la Asamblea General: Sor Kathleen nos invitaba a debatir las cuestiones importantes para el futuro de la Compañía, a abrir la mente y el corazón y ver a qué nos sentimos impulsadas, qué queremos explorar más, en qué ir más allá… Fueron dos días intensos, en los que reflexionamos y compartimos en grupos sobre lo que queríamos plantear y reflexionar para la Compañía del Futuro. Una experiencia rica en la que se puso de manifiesto la diversidad de situaciones reales que vive la Compañía en el mundo y las distintas resonancias de un mismo tema en cada situación.

Hemos dejado al Consejo General material abundante en las síntesis de nuestros diálogos, para plantear el tema de la próxima Asamblea General 2021. En 2019 se celebrarán las Asambleas domésticas y en 2020 la Asamblea Provincial.

El sábado día 26 por la noche, hicimos en la capilla una celebración significativa y emocionante en la que cada una pudimos meter en el globo de la Virgen, el nombre de nuestra provincia y un deseo. Ahí quedamos todas de manera simbólica, confiando en la protección de María. 

El domingo, día 27, para finalizar, hubo un diálogo con sor Kathleen, respondiendo a preguntas que previamente habíamos planteado en los grupos; a todo intentó responder con acierto y sencillez. Agradecimos la oportunidad de poder preguntar sobre temas diversos y la claridad de las respuestas recibidas. Tras este momento, nos dirigió unas palabras de envío recordándonos que el Evangelio de ese día, fiesta de la Trinidad, nos invitaba a salir con la audacia y determinación de las mujeres en la mañana de Pascua, al encuentro del Señor y de los hermanos y hermanas. La Eucaristía, con la participación de todas las lenguas, dio fin a nuestro encuentro.

Agradecemos a la Superiora General y su Consejo el planteamiento y desarrollo del Encuentro, la posibilidad de poder compartir nuestras inquietudes de manera personal y su presencia en todos los momentos del mismo.

Gracias a las traductoras y secretarias que suplieron con brillantez nuestro déficit en conocimiento de lenguas y facilitaron nuestra comprensión y participación. También por acompañarnos y hacer de guías en los tiempos libres.

Sor Concepción González

Nota: Aprovechando que el DVD de la película “Red de libertad” había visto la luz durante los días de nuestra estancia en París, pudimos verla en grupos de lenguas y solicitar un ejemplar de la misma para entregar a cada una. La película gustó mucho y agradecieron el obsequio para llevar a sus países.

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