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Comedor La Milagrosa. Santa Cruz de Tenerife. Mayo 2019

¡Las Hermanas nos dieron esta sorpresa!

¡Buenos día! Mañana, fiesta de Santa Luisa, ¡¡todos a La Caldera!! 

Para los que no saben de qué estamos hablando, explico:

La Caldera, que es nada menos que el cráter de un volcán,  es hoy una zona recreativa que se encuentra en los altos de La Orotava, una vez pasado el barrio de Aguamansa. Es una de las zonas recreativas más completas del norte de la isla de Tenerife.  Cuenta con varios servicios, entre ellos, aparcamientos, un bar-restaurante, un gran parque infantil,  aseos públicos, asadores, mesas y una zona de acampada. Está a una altitud de 1.000 metros.

Y llegó el día, que fue el 9 de mayo. Desde muy temprano, comenzaron los preparativos y la progresiva llegada de los participantes en esta excursión lúdico- festiva, que nos llevaría a todos a un espacio natural rodeado de un frondoso pinar que forma parte del Parque Natural de la Corona Forestal de la isla de Tenerife.

Las Hijas de la Caridad organizaron esta actividad con la participación de voluntarias de AIC de los grupos de San Pio y del Comedor de La Milagrosa, y la presencia numerosa de los usuarios del mencionado Comedor, un total de 70 participantes.

El día discurrió  en contacto con la Naturaleza, entre juegos, actividades, caminatas y comidas.  Nada más llegar, con un cielo  azul brillante y despejado, se procedió a localizar un espacio adecuado para colocar el avituallamiento y servir un refrigerio. Después de departir y compartir con todos los participantes, nuestro animador nos introdujo en distintos juegos,  que nos permitieron ejercitar la agudeza y destreza, así como la risa, que disfrutamos mucho.

Pasadas unas horas, tuvo lugar el suculento almuerzo que en la mañana habían preparado las Hermanas junto al personal del Comedor: Paella calentita, Tortilla de papas, fruta, refrescos, y dulces, que compartimos en convivencia y en animada charla.

A continuación, y ya con el cielo un poco nublado, el día discurrió entre juegos, las caminatas por el entorno de la Caldera, o simplemente el descanso y la charla con las personas próximas.

Todos los asistentes expresaban la alegría que les producía haber tenido la oportunidad de participar en este encuentro y que debiéramos repetir con más frecuencia. Se dio la circunstancia de que había personas que no conocían La Caldera. Por otra parte, de no ser por esta iniciativa de las Hermanas, muchas personas no tendrían la posibilidad material de realizar esta salida. Y por todo ello, daban las gracias.

Tras la merienda, recogimos para iniciar el viaje de vuelta a Santa Cruz de Tenerife, no sin antes dar las gracias a las Hijas de la Caridad por su buen hacer en favor de las personas más desfavorecidas y una oración de acción de gracias a Santa Luisa de Marillac, cuya festividad celebrábamos.

Una voluntaria.

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