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Campamento Ugíjar “Ciudad de las Artes”

1ª SEMANA “LA MUSICA”

Mi nombre es Alfonso Queipo de Llano, joven vicenciano de Fuengirola, que junto a Rogelio Villarrubia emprendimos un viaje hacia el (hasta entonces desconocido para nosotros) pueblo de Ugíjar en la Alpujarra granadina.

Nuestro destino sería el Campamento de Verano “La Ciudad de las Artes” de la Escuela-Hogar Sagrado Corazón.  En la primera semana nos tocaría adentrarnos en el mundo de la Música. La vivencia comenzó con una oración en la Capilla  junto a las Hermanas y el resto del equipo que allí se encuentra, en la que tuvimos presente nuestra idea de servicio y el objetivo de hacernos ejemplo de amor y entrega con los niños con los que compartiríamos en el campamento.

Esta semana podría describirla como un auténtico aprendizaje, tanto personal como musical, en la que maestros de la disciplina como Vivaldi, Beethoven, Paco de Lucía o Mozart (es decir, nosotros disfrazados pasando un calor increíble), guiaron a los niños para descubrir la magia de sus historias y composiciones. Para nosotros, ha sido todo un regalo y una gratísima responsabilidad haberles podido acercar el mundo de la música y haberles enseñado cómo, a través de ella, hay personas que pueden cambiar el mundo.

Todo ello, sin dejar de lado las actividades y la locura que supone manejar a un “escuadrón” de 40 niños fanáticos y llenos de energía (por lo que he podido comprobar, inagotable). Siempre es un placer verlos disfrutar mientras bailan, o la ilusión que les hace pillar al maestro e intentar hacerle una ahogadilla, cuando te cogen por la espalda en la piscina.

Mis expectativas previas al viaje quedaron completamente sobrepasadas, y estos días me han recordado lo bonito y mágico que puede llegar a ser darte a los demás; cómo pequeños gestos o simplemente tu dedicación y presencia pueden cambiar el día de unos niños que lo único que buscan es una guía o referente que los acompañe y les dé cariño.

Nuestra estancia en Ugíjar ha sido inmejorable: poder escuchar de unos que su sueño es llegar a ser entrenador de delfines o leones marinos “cueste el trabajo y el dinero que cuesten”, o a otros, emocionados, recordando el día que fueron con su padre a pescar atunes y ver sus caras iluminadas, ha sido todo un regalo que en nuestra rutina diaria quizás no tenemos la suerte de recibir o valorar suficientemente. Pero lo más importante que he descubierto, es que ya podemos tener edades distintas, orígenes y situaciones personales antagónicas o unas ideas y expectativas vitales que no tengan nada que ver que, si el amor de Dios y las ganas de acercarse y ayudar al más necesitado interceden, nada de eso importa; existirá un vínculo especial entre nosotros.

Definitivamente, Ugíjar ha sido una parada en nuestro frenético día a día para poder recargar las pilas y volver a nuestros entornos con las máximas ganas e ilusión por seguir siendo testimonio y ejemplo de la Palabra. De todo corazón queremos agradecer a las Hermanas, trabajadores y voluntarios de la Escuela-Hogar, que nos hayan hecho sentir como en casa, dándonos todas las facilidades y comodidades posibles y, especialmente, a Germán que, además de haber sido un excelente anfitrión y amigo, nos brindó la oportunidad de poder disfrutar de estos días que han sabido a muy poco. Pero, sobre todo, me gustaría terminar dándole las gracias a todos y cada uno de los niños que han hecho de esta semana una experiencia inolvidable, que nos han acogido como a uno más de ellos y que nos han llenado de cariño y amor por el simple hecho de haberles dedicado nuestro tiempo que, al fin y al cabo, es lo más valioso que tenemos.

Alfonso.

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