Villa Milagrosa de Jerez de la Frontera

¿Qué es la AMM?

La AMM es una asociación pública internacional, de fieles, integrada por laicos, clérigos y personas de vida consagrada, que llevando consigo la Medalla Milagrosa, la honran con una vida cristiana y apostólica. Ésta es la definición que dan nuestros Estatutos. También nos dicen que nació para dar a conocer a la Virgen  Milagrosa y transmitir el mensaje de la Medalla Milagrosa.

Mensaje que la Santísima Virgen entregó a Santa Catalina Labouré y que consiste en reconocer a María como mediadora de las gracias que vienen de Jesucristo; a Ella, por tanto, debemos orar y pedirle esas gracias.

En la aparición de la Virgen a Santa Catalina, le mandó además hacer una Medalla: una aureola con las palabras de intercesión en el anverso (Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos”), y una cruz sobre la letra M (de María) en el reverso, junto con los corazones de Jesús y de María.

La Virgen le prometió a Santa Catalina que todas las personas que  llevaran esa Medalla sentirían su protección.

Este mensaje tiene carácter eclesial (se lleva a cabo dentro de la Iglesia), carácter mariano (motivo por el que nace la Asociación) y carácter vicenciano (entorno en el que nace la Asociación, la familia de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac).

Ésta sería la parte teórica de lo que es la AMM, pero pasando a la parte práctica nos preguntamos ¿en qué consiste la Asociación?

Y la mejor forma de explicarlo es hablando de nuestro grupo, de la AMM Villa Milagrosa, de Jerez, de la que formamos parte.

Sor Carmen, con tesón y paciencia, fue contactando con un grupito de personas y haciéndoles llegar información sobre la AMM. Personas que, algunas de ellas, no se conocían entre sí, pero que bien sabía que estaban unidas por un fuerte vínculo: la devoción a María, y sobre todo a su advocación de la Medalla Milagrosa.

Tras la labor informativa y su tenaz insistencia, logró convocarnos a lo que serían los comienzos de nuestro grupo.

En primer lugar debía quedar clara la finalidad de la Asociación, el por qué y para qué estábamos allí. Y esto lo explica con gran exactitud nuestros Estatutos:

  • para seguir a Jesús, con la fuerza del Espíritu y a ejemplo de María;
  • para honrar y fomentar la devoción a la Virgen Milagrosa; y,
  • para santificarnos a través de la oración y el apostolado, en sus vertientes de evangelización (visitas domiciliarias, medios de difusión, revistas, contactos personales…) y servicio o caridad (proyectos en beneficio de los pobres).

Y a partir de ahí, con  toda  nuestra buena voluntad, sólo quedaba ponernos en marcha.

Empezaron a funcionar las celadoras, personas encargadas de llevar las capillitas de la Virgen a los hogares. Es una labor encomiable.

Hacemos turnos de estancia de las capillitas en los distintos domicilios, o en algunos que lo solicitan por alguna circunstancia determinada. Y es un orgullo y una gran satisfacción el asegurar esas oraciones de súplica o agradecimiento que se elevan a María, al menos, mientras la capillita permanece en la casa; y sobre todo, en esta época en que tanto escasea esta práctica religiosa.

La entrega y recogida de las capillitas en los hogares da pie a una evangelización muy sutil, al hacer llegar una palabra amable, alentadora, de consuelo, de apoyo, de cercanía… a las personas con las que se encuentran.

Extraordinaria es esta misión de las celadoras, auténticas apóstoles de la Palabra y portadoras del gran tesoro de Jesús: su Santísima Madre.

Otro apartado a desarrollar es la formación, siempre necesaria para los miembros del grupo. Aunque nos creamos que sabemos mucho de Jesús, de María, de la Iglesia…, nunca sabremos lo suficiente; ésta es una asignatura que tendremos que trabajar a lo largo de toda nuestra vida. Y a esto nos ayuda la Asociación.

Una vez al mes nos reunimos para tratar los temas, de total actualidad, que nos propone la Sede Nacional desde Madrid. Los leemos, los comentaos, exponemos nuestras dudas y los complementamos con la lectura de los evangelios.

Este año vamos a completar este apartado con un estudio comparativo de los cuatro evangelistas.

Y si importante es la formación, más importante y fundamental es la oración.

La segunda cita del mes (pues como veis, nos reunimos cada quince días) está dedicada a la oración.

Oración que consiste en un ratito de adoración al Santísimo. Es un tiempo de gran intimidad  y gran satisfacción. Hay momentos de silencio, momentos de meditar con alguna canción u oración y momentos en que los participantes abren su corazón contándole a Jesús sus preocupaciones, inquietudes, dificultades o alegrías, que comparten con los demás.

Me atrevo a decir que es la actividad más gratificante de las que realizamos, pues nos alimenta, nos llena de paz y plenitud y nos acerca muchísimo a Jesús y a los miembros de nuestro grupo.

Imprescindible es el capítulo de la caridad, del servicio a los pobres, el auténtico espíritu vicenciano.

Nuestro grupo participa en proyectos de recogida de alimentos, ropa y enseres domésticos, tanto a nivel individual como en campañas de organismos públicos (Cáritas, centros comerciales…).

También atiende, en la medida de nuestras posibilidades, en problemas concretos de cualquier índole que surgen en nuestro entorno: pago de recibos de luz o agua, acompañamiento y visitas a enfermos, etc.

Esto es, en pocas palabras la labor de nuestra asociación.

El comienzo de nuestro grupo, como cualquier comunidad, fue un poco lento e inseguro. Pero enseguida se fue afianzado por el clima de cordialidad, colaboración y compenetración que ha ido surgiendo. Se ha forjado una verdadera amistad entre personas de distintos caracteres y personalidades, unidas en una misma misión.

Es maravilloso descubrir ese don que ha derramado el Espíritu sobre nosotros, y bien orgullosos estamos de ello. No podíamos imaginar que nos íbamos a echar tanto de menos, y que íbamos a estar expectantes a que llegara el día de la reunión para encontrarnos de nuevo.

También es maravilloso cuando se van incorporando nuevos miembros, algunos que no se pensaba que fueran a hacerlo, y experimentamos la alegría que sienten al encontrarse entre nosotros.

Tras un período de rodaje, nos concedieron la patente o constitución en firme de la Asociación, y así somos ya considerados como tal: Asociación local, dependiente de la diocesana, de la nacional y de la internacional.

Nuestra Asociación, como se deduce de lo expuesto anteriormente, se reúne quincenalmente. Cada mes hay una reunión de formación y otra de oración o adoración.

Celebramos solemnemente el triduo de la Virgen Milagrosa, festividad que se suele aprovechar para imponer las Medallas a los nuevos miembros.

Celebramos varias convivencias: generalmente después de cada jornada de adoración, en alguna fecha significativa para algunos de los miembros, y en verano, en los meses vacacionales en que se interrumpe la actividad normal del grupo.

También participamos en las reuniones que celebra el Consejo Diocesano, así como en el encuentro-convivencia anual que organiza el mismo.

Por último, quiero destacar un aspecto muy importante de cómo llevamos a cabo el apostolado.

Además de con las capillitas, como ya hemos dicho, también hacemos apostolado con las revistas. Una vez leídas, se difunden a los mismos usuarios de las capillas y a cualquier otra persona que tenga interés en leerla o simplemente se le quiera dar a conocer.

Pero el medio estrella que tenemos, y de rabiosa actualidad, son las nuevas tecnologías. Tenemos un grupo de whatsapp donde vamos compartiendo a diario la lectura y reflexión del evangelio; la meditación o reto del día de las dominicas de Lerma; los cinco minutos del Espíritu Santo; las oraciones de la mañana, de la noche y del ángelus; oraciones varias a los santos arcángeles, a María, al corazón de Jesús, etc; le mes de mayo… y cualquier información o notificación religiosa que se crea conveniente. Asimismo, es también un medio para compartir nuestras inquietudes, alegrías, preocupaciones, solicitud de ayuda o súplica, o simplemente para ponernos en contacto y hacernos llegar nuestros mejores deseos. Y todo esto da pie a que se lo podamos transmitir a nuestros demás contactos, haciendo llegar así el mensaje de salvación a todos los rincones.

Con esta, quizás extensa exposición, creo que ha podido quedar un poco claro lo que es la AMM, y deseo que os mueva a formar un nuevo grupo para vuestro beneficio espiritual y mayor gloria de Dios y su Santísima Madre.

No olvidéis que quedamos a vuestra completa disposición para cualquier duda que aclarar o para cualquier ayuda que necesitéis.

Un fraternal abrazo de la AMM “Villa Milagrosa” de Jerez de la Frontera.

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