Sor María José

Envío en Misión

“DIOS TE MIRA CON TERNURA Y ORGULLO DE PADRE

                  PUES CONOCE TU CORAZÓN GENEROSO Y TU AMOR A LOS POBRES”

Día 5 de julio de 2018, día de gozo para la Compañía de las Hijas de la Caridad, especialmente para la Provincia España-Sur: SOR MARÍA JOSÉ, puesta su confianza en el Señor, emprende el camino que otras muchas Hermanas han llevado a cabo. Hoy da un nuevo paso en su compromiso de entrega total a Dios en el servicio de los Pobres y pide a la Visitadora de la Provincia su deseo de ser enviada en misión.

PETICIÓN DE ENVÍO

“Parece que fue ayer cuando entré en la Compañía, y ya pasó el Seminario. Verdaderamente éste ha sido un Tiempo de Gracia, un regalo de Dios. Dos cursos intensos en los que he podido saborear los encuentros con el Señor en la oración y en la Eucaristía tratando de dejarme en sus manos para que se afianzaran en mi ser convicciones firmes.

El Señor se ha hecho presente también en la vida fraterna vivida intensamente, aprendiendo de las Hermanas a valorar la Comunidad como un don que hay que construir con amor, porque amar es una decisión que depende sólo de mí.

Éste ha sido un espacio privilegiado para la formación, idóneo para profundizar en los Escritos de nuestros Fundadores, descubrir y hacer mías nuestras Constituciones como alas para volar que, lejos de limitar el vuelo, nos impulsan hacia un horizonte claro: construir su Reino.

Por último, he tenido la dicha de encontrarme con Cristo sufriente en el servicio al Pobre que me han encomendado: niños, enfermos, mujeres maltratadas o personas privadas de libertad… Siento con fuerza que Dios me llama a asumir con responsabilidad y coherencia el servicio espiritual de quienes se encuentran más necesitados de razones de vivir. Descubro con alegría que la felicidad es la fidelidad, fidelidad a las pequeñas cosas y por todo ello, Sor Pilar te expreso mi deseo de ser enviada en misión y seguir respondiendo a la llamada del Señor.

Pido a María, Madre de la Compañía, que continúe inspirando y acompañando mis pasos, siempre dirigidos a Cristo, nuestro modelo”

Sor María José

ENVÍO EN MISIÓN

COMO EL PADRE ME AMÓ YO OS HE AMADO, PERMANECED EN MI AMOR. (Jn.15,9)

Estas palabras han tenido gran resonancia en el corazón de Sor Mª José. La convicción de haberse sentido amada por el Señor la ha urgido y fortalecido a entregarse a Él para servirle en los Pobres desde la Compañía, y queriendo también responderle al mandato de “Permaneced en mi amor”. ha pedido ser enviada en Misión manifestando su fuerte decisión y dándole la Palabra al Señor de ser cada día más de Él para los Pobres.

En las lecturas de los Fundadores que acabamos de proclamar, se nos presenta una Hoja de ruta para permanecer en su amor:

San Vicente nos dice “que se vea siempre en vosotras ese espíritu de Caridad, de humildad y de gran sencillez”. Ese es el espíritu de la Pequeña Compañía, son nuestras señas de identidad,  y ese es el camino que nos conducirá a la santidad a la que también somos llamadas, como nos recuerda el Papa Francisco, en perfecta sintonía con el Carisma vicenciano:

“Todos estamos llamados a ser santos viviendo con Amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día allí donde cada uno se encuentra” (G.y E) “La santidad no es sino la Caridad plenamente vivida”.

También nuestras Constitución, en su introducción, nos lo recuerda “Las constituciones nos trazan un camino de santidad que muchas han recorrido ya .Nos proponen una manera de amar muy experimentada”. Como vemos,  la clave de todo está en vivir la mística de la Caridad.

Santa Luisa nos ha dicho: “Sed muy afables y dulces con los Pobres, sabéis que son nuestros maestros y que es necesario amarles con ternura y respetarlos muchos”.

El lote hermoso que el Señor te ha deparado, los niños, tan carentes de una familia y con grandes necesidades, te van a ir demandando todas esas actitudes. Es en ellos y en tu Comunidad, aquí representada por tu Hermana Sirviente, donde has de permanecer en ese amor, que es como la llama ardiente que has de mantener viva. Para ello tendrás grandes herramientas: La oración, encuentro con el Señor mediante su Palabra, la Eucaristía, y los demás dinamismos espirituales y comunitarios contemplados en el Proyecto de la Comunidad, la Formación que te ofrece la Provincia. Pero ten en cuenta que uno de los principales agentes es la misma Comunidad local, con sus luces y sus sombras; es ahí donde el Señor se te va a ir haciendo presente cada día y se va a ir forjando tu ser de Hija de la Caridad. Procura ver a cada Hermana como un don de Dios y ser tú misma don para las demás.

Ten también la mirada de Dios para con los Pobres, lee en su vida; ellos son una escuela de sabiduría que también te van a enseñar y formar

Otro ámbito de encuentro será el personal laico que comparte con vosotros tan apasionante Misión.  El Papa nos habla de la comunión y la cultura del Encuentro, ello supone un enriquecimiento mutuo y una complementariedad. Todo esto, aunque sin duda conlleva su ascesis, son ámbitos de crecimiento. Repercutirá en un mejor servicio, servicio que ha de ser evangelizador. Esa comunión entre todos será una fuerza evangelizadora.

Algo de lo que hemos hablado, y de lo que igualmente estás convencida, es que de la fidelidad depende nuestra felicidad, una fidelidad que, según San Juan Pablo II,  tiene sus dimensiones de:

  • Búsqueda constante de conocer la Voluntad del Señor; para ello están las mediaciones, el discernimiento.
  • Coherencia para responder, contando con nuestras fragilidad,  aunque a veces haya que ir contracorriente
  • Constancia y tenacidad para permanecer; para ello son necesarias unas fuertes convicciones.

En este proceso de formación no estás sola, cuentas, además, con lo que te ofrece la Compañía cuando nos dice:” En este descubrimiento del designio de Dios sobre ella, la Hija de la Caridad no se encuentra sola,  la Compañía está a su lado para ayudarla a ser sierva de Cristo en los Pobres”. (C.51 b) Vas a tener a tu lado a tu Hermana Sirviente, la principal acompañante de esta etapa, a Sor Cristina, la Consejera de Formación, al P. Director, la Visitadora y el Consejo;  en fin, todo lo que nos depara la Compañía.

Nos encomendamos a María, Única Madre de la Compañía, Maestra de vida espiritual,  la Inmaculada totalmente abierta al Espíritu, Modelo de fidelidad.

Sor Mª Pilar Rendón

Con la celebración de la Eucaristía dimos gracias a Dios por Sor María José, porque impulsada por el Espíritu respondió a la llamada del Señor y,  llena de gozo espera el momento de llegar a su Comunidad para ponerse al servicio directo de los pobres. Con gran emoción, y experimentando lo que dice la canción del final de la Eucaristía,

Hay momentos que las palabras no alcanzan

para decirte lo que siento, bendito Salvador….”

expresa, desde lo más profundo de su corazón, la acción de gracias.

“En estos momentos en mi corazón resuena una palabra: Gracias. 

Gracias a Dios por mi vocación, porque me siento llamada, guiada y amada por todo un Dios que aun con mis muchas torpezas y miedos, sigue contando conmigo y me brinda todos los días la posibilidad de vivir plenamente en Él, llamándome con fuerza a permanecer en su Amor.

También doy gracias por mis padres, que con su respuesta siempre alentadora y generosa me han permitido recorrer con serenidad y paz este camino, y me animan a mirar al futuro con ilusión, valentía y esperanza, sabiendo que no soy yo, sino Él a través de mí.

Y gracias por cada una de vosotras aquí presentes y aquellas que desde la oración están aquí conmigo, pues con vuestro acompañamiento, cariño e innumerables detalles me habéis sostenido en muchos momentos. Hoy le también le pido al Señor para vosotras el don de la fidelidad.

Sé que sólo desde la confianza de saberme en sus manos podré dejar al Espíritu que continúe perfilando mi senda y poder decir “Sólo Dios basta”.

                                                                                         Gracias de corazón…

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