Este año, 400 Aniversario del Carisma Vicenciano, la AMM de Sevilla organizó el retiro al que invitó a otros miembros de las ramas vicencianas. La respuesta ha sido muy generosa, cerca de 80 personas asistieron al mismo, duplicando al año anterior. Una vez más comprobamos el poder de convocatoria de nuestra Madre, la Virgen Milagrosa.
El día se puso de nuestra parte y fue espléndido, así como la alegría de encontrarnos juntos. Así, pues, después de los saludos, y en un ambiente cálido y acogedor, pasamos a la Iglesia para comenzar con una oración a María, desglosando el Magníficat, con silencios y reflexión. Ella es nuestra Guía y Maestra.
Seguidamente, pasamos al Salón Parroquial, donde el Padre Carlos Javier López, C.M. y Consiliario Diocesano de la AMM, nos habló del “CORAZÓN DE DISCÍPULO: AMAR.
Después de Resucitar, Jesús le hace a Pedro una pregunta importante a orillas del Lago. No era sólo una pregunta; era la pregunta. “Pedro, ¿me amas? Ya sabemos la respuesta de Pedro ¿Cuál es la nuestra?
Este diálogo de Jesús con Pedro, después de la Pascua, queremos que sean el alma de nuestra preparación última de esta Cuaresma. Ser discípulo significa seguir a Cristo. Nadie ama a quien no conoce y ahí tenemos que trabajar por conocer más a Cristo. No seremos discípulos de Jesús si no renovamos permanentemente nuestra experiencia de amarle para mejor servirle. Si ponemos nuestro corazón en Jesús, todo cambia. Cambió para los discípulos de Juan, cambió para los que, tras la invitación de Jesús, dejaron todo lo que hasta ese momento más querían: trabajo, familia. También cambió para los pecadores que fueron sanados y volvieron con el corazón convertido y lleno de amor. También, durante muchos años ha cambiado la vida de muchas personas que se han encontrado con Él y han escuchado la misma pregunta ¿Me amas?. No se trata de hacer, de realizar, de actuar…, que puede ser una realidad momentánea en nuestra historia personal. El amor llama a estar, a ser, en el amor se permanece… “Permanecer en mi Amor”. Esta es la buena noticia, este es el Evangelio. Esta es la causa de la alegría que nace del encuentro con Cristo: saber que hemos sido amados desde toda la eternidad. ¡Qué asombrosa certeza!
Para seguir a Jesús tenemos que seguir sus pasos y, como vicencianos, ¿dónde encontrarle? En el camino de la entrega sin límites, del amor sin límites, de la confianza sin límites, de la esperanza sin límites…. En los que claman a Dios para que la paz reine en el mundo y tienen hambre y sed de la justicia. En los pobres, en los más abandonados, niños, emigrantes, mujeres maltratadas, en los que tienen un corazón misericordioso, llenos de amor por los demás…
Como los discípulos de Emaús, nosotros también nos preguntábamos cuando escuchábamos las palabras del Padre Carlos Javier…”¿No ardía nuestro corazón….?” Pues sí, sus palabras han calado profundamente en nuestros corazones, nos han hecho sentir el deseo de vivir plenamente las palabras del Señor “Como el Padre me amó, yo también os he amado. Permaneced en mi Amor”.
Después de la reflexión personal, seguimos el guión previsto: Acto penitencial, confesiones, y, seguidamente la Eucaristía, acto central de este día de encuentro personal con Cristo. Fue concelebrada por los párrocos de San Gonzalo y de Ntra. Sra. de Lourdes, que participó con su grupo de AMM.
La Monición de entrada nos invitaba a profundizar con autenticidad y alegría en la herencia que nos legaron nuestros Fundadores, San Vicente y Santa Luisa, una búsqueda sincera de encontrar nuevas maneras de hacer creíble y efectivo el Evangelio, en el amor a los más pobres.
El Evangelio de la Samaritana, en este tercer Domingo de Cuaresma, nos sitúa en un contexto de sed…La sed es el símbolo de nuestros deseos, de nuestra búsqueda de Dios… de mirar dentro y ser conscientes de cuál es nuestra sed, y a qué pozos acudimos a satisfacerla…
Continuamos con la Oración de los Fieles, muy participativa y elocuente.
En el Ofertorio presentamos tres símbolos:
Barro, evoca que somos arcilla en sus manos y que nos debemos dejar modelar por El.
Agua: “El que beba de su agua, no tendrá nunca más sed”. ¡ Señor, danos Tú de esa agua ¡
Granos de Trigo: Estamos llamados a compartir la vida de Jesús; fue grano que cayó en tierra y porque se pudrió, pudo producir el fruto de la vida.
En todas las moniciones, lecturas, peticiones y ofrendas, participaron todos los Centros de Sevilla y provincia. El grupo de Los Palacios preparó los cantos. Y para finalizar el día tan intenso y completo, llegó la hora del compartir la mesa del alimento material.
La verdad que ha sido una experiencia maravillosa, en todos los sentidos, en la alegría, fraternidad, el compartir… y también escuchar: ¡¡¡ Todavía hay más comida!!! Finalizamos con torrijas de las Monjas del Socorro, buenísimas y con café y pasteles variados que trajeron las compañeras de Almonte, que tienen un corazón que no les cabe en el cuerpo. GRACIAS A TODAS
También agradecemos al grupo de San Gonzalo, el detalle de encargarse de la comida, ¡gran labor la suya!
Así mismo damos sinceras gracias al Padre Carlos Javier, por su disponibilidad, apertura y por la Charla y Eucaristía, sentidas y profundas, que movió los corazones de todos los presentes y que interpeló nuestro modo de amar y seguir a Cristo desde nuestra condición de Bautizados comprometidos. ¡¡¡ GRACIAS, P. CARLOS!!!
Que María Milagrosa, que nos convocó, nos ayude a sentirnos fuertes en la fe en este caminar diario y a ser personas comprometidas en nuestra querida AMM.
Sor Laura Alcalde
Hermana Delegada AMM de Sevilla