Hijas de la Caridad España-Sur > Noticias > Acción Social > La Virgen del Carmen y Sor Lorenza presiden nuestro Comedor
Comedor Ntra. Sra. del Carmen en Las Palmas

La Virgen del Carmen y Sor Lorenza presiden nuestro Comedor

En muchas de las fotografías que realizamos en el Comedor Social Ntra Sra del Carmen aparece al fondo el cuadro de una Hija de la Caridad. Pero, ¿QUIÉN ES Y CUÁL ES LA HISTORIA DE ESTA HIJA DE LA CARIDAD?

A veces, las fechas del calendario y el santoral son premonitorias de una vida y de una muerte. Doña María del Pino Bolaños tuvo su primer parto el 10 de agosto de 1896, festividad de San Lorenzo diácono y mártir. La criatura era una niña y de acuerdo con su esposo Juan Dolores Díaz, le pusieron por nombre Lorenza.

Los padres esperaron cinco días para bautizar a su primera hija. Esperaron al día 15, solemnidad de la Asunción de la Virgen, fiesta patronal de Santa María de Guía.

El Sacramento de la Confirmación lo recibió la niña Lorenza el 26 de Mayo de 1900, festividad de San Felipe Neri, de manos del obispo fray José Cueto, el pastor bueno y padre de los pobres que dejó huella de santidad entre los canarios.

La Providencia quiso que los carismas del Padre Cueto y de San Felipe Neri inundaran a Lorenza desde su más tierna infancia mediante el sacramento del Espíritu. Desde aquel momento, su corazón comenzó a dilatarse de amor y de gracia hasta volar en pocos años hacia lo más alto de la santidad.

Cuatro hermanos tuvo Lorenza. Eran muy pobres, de tal modo que vivían en cuevas de los altos de Guía. Su expresión era de humildad perenne, nunca tuvo un mal gesto para su madre, hermanos ni vecinos, deseosa de hacer el bien y ayudar al necesitado.

Lorenza, cada vez que bajaba a la ciudad de Guía para asistir a Misa, no dejaba de visitar el Hospital de San Roque, regentado por las Hijas de la Caridad. Allí consolaba a los enfermos y convivía con las religiosas. Allí surgió su vocación. Ingresó primero en el colegio de San Agustín de Las Palmas, donde ayudaba a las hermanas y estudiaba, al mismo tiempo que se afianzaba su vocación. Más tarde, su hermana Blasina, seguiría sus pasos e ingresaría también en la Compañía de Hijas de la Caridad.

En el hospital de San Martín de Las Palmas hizo el postulantado la joven Lorenza Díaz Bolaños. Tres meses fueron suficientes para discernir su vocación y pedir el ingreso en la Compañía de Hijas de la Caridad.

Sor Lorenza se trasladó a Madrid en abril de 1921 para hacer el seminario de formación. A los seis meses fue destinada al Instituto de Reeducación Profesional de Inválidos del Trabajo, ubicado en Carabanchel Bajo.

A Sor Lorenza se le asignó el servicio del quirófano y atención a los enfermos intervenidos quirúrgicamente. Estudió enfermería y obtuvo el título en la escuela de enfermeras del Hospital Militar de Carabanchel. Más tarde realizó un curso intenso en Cádiz para especializarse como practicante de quirófano, asistiendo a todas las operaciones como instrumentista, oficio que desempeñaba con tal serenidad y acierto, que los doctores no querían más ayudante que a ella.

A los cinco años de vocación emitió por primera vez sus votos el día 1 de mayo de 1926.

En los años previos a la guerra civil de 1936 algunos celadores y enfermos hostigaron abiertamente a las Hermanas; este es el acaso de Sor Lorenza Díaz Bolaños. Un celador simulando estar enfermo se desnudó ante ella para provocarla. Sor Lorenza le pidió que se cubriese y le guardase respeto. Su serenidad y firmeza, fiel a su voto de castidad, irritó al joven que le dijo: “Pronto me las pagarás”. Como él no hiciese caso, se lo dijo al Director médico, quien le llamó la atención. El celador enfadado repitió su amenaza, que pronto cumpliría. Su hermana Blasina, encargada de la despensa, también sufrió afrentas y ofensas. Sor Lorenza la invitaba a la paciencia, al perdón y a sufrir todo por amor a Dios y a la religión.

Después de solicitar refugio en varios lugares, lo encontraron en la calle Lope de Vega, nº 13, muy próxima a la vivienda de la Casa Central. Los dueños eran conocidos de las Hermanas y allí fueron acogidas Sor Lorenza y su hermana. Sor Blasina pudo huir a Valencia y regresar a Las Palmas. Los milicianos se presentaron en esta casa a hacer un registro entre los que venía uno que había sido enfermero en la Casa de Inválidos, que por su mala conducta fue reprendido varias veces por Sor Lorenza. Al día siguiente, que era el mismo día en que estaba ardiendo el Noviciado de las Hijas de la Caridad de la calle Jesús, volvieron los milicianos entre los que no venía el citado enfermero y, en cambio, entre ellos venía el miliciano conocido por el nombre de “El Campesino”. Se llevaron a Sor Lorenza sacándola engañada diciéndole que necesitaban enfermeras y en Las Vistillas la asesinaron de un disparo en la frente y otro en la mejilla izquierda.

Su cuerpo se pudo recuperar en 1941 tras haber sido identificada la fosa del cementerio del Este en que fue enterrada después de su asesinato. Su cuerpo fue trasladado a la cripta que tiene la Compañía de las Hijas de la Caridad en el cementerio de San Isidro. Cuando se terminó el proceso diocesano, la llevaron definitivamente a una pequeña capilla ubicada en el lateral de la iglesia de la Casa provincial, en la calle José Abascal.

Desde el día 13 de octubre de 2013, Sor Lorenza es la primera mujer canaria venerada como beata.

Comentario
Accesibilidad