Cuidar es cuidarse

A lo largo de estas jornadas celebradas en Ávila los días 2 al 4 de mayo de 2023, hemos tomado conciencia de la importancia del autocuidado para poder ofrecer una atención de calidad y calidez a nuestros mayores.

Comenzamos nuestro encuentro desde una reflexión, un mirar en nuestro interior, un pararnos para ver dónde estamos y cómo estamos. Porque el trabajar el autoconocimiento supone conocerse a uno mismo, saber con qué llenamos nuestra mochila y, en palabras de Aristóteles, el conocerse a uno mismo es el inicio de toda sabiduría. Es fundamental el equilibrio personal. Estar enraizado en la profundidad y, a la vez, estar conectados y ser capaz de cuestionarnos: ¿qué hora es? Ahora; ¿dónde estás? Aquí; ¿qué es lo importante? El momento presente, que se orienta hacia la propia lucha por el crecimiento y la integración personal.

Continuamos aprendiendo la relevancia de pasar del trabajo a la misión, desde los principios inspiradores que fundamentan la labor de las Hijas de la Caridad y los equipos de profesionales en cada uno de nuestros Centros residenciales. Así pues, todo el equipo multidisciplinar tenemos que cuidar nuestra formación y trabajar en un proceso de evaluación y mejora continua en todas las dimensiones de nuestras vidas (bio-psico-social-espiritual).

La tarde la pasamos trabajando en grupos a través de una dinámica, mediante la cual fuimos detectando aspectos concretos adquiridos, y a mejorar, desde la caridad con relación a nuestros equipos de trabajo, en nuestras residencias y comunidades de Hermanas Mayores.

En nuestras maletas nos llevamos el compromiso de remar todos en la misma dirección, de ir adquiriendo la identidad Cristiana y Vicenciana y no olvidar que una de nuestra misión principal es ser plataforma evangelizadora, ya que nuestras Residencias son plataforma de evangelización para transformar la realidad desde el Evangelio.

Como nos dice San Vicente, hay que pasar del amor afectivo al amor efectivo.

“Enviados a dar frutos”: Dios espera de cada uno de nosotros la cosecha, al hacer de nuestro trabajo una mejora de la calidad de vida de las personas que cuidamos de manera integral. No nos olvidemos que el profesional es la terapia en sí, es la herramienta terapéutica por excelencia (Balint).

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