¿Quién puede subir al monte del Señor; quién puede entrar en el recinto sacro?

Sor Carmen Gómez Prieto

Sor Carmen Gómez Prieto falleció en Granada, el día 10 de Octubre de 2017.

“El hombre de corazón recto, bondadoso, el que usó la misericordia con todos, el que se entregó sin condiciones a los que necesitaban su ayuda”.

Así, sin darse cuenta, recibió Sor Carmen, la visita de ese Dios a quien amaba y servía, el 10 de 0ctubre de 2017. Y seguro que oyendo aquellas palabras con las que Jesús nos anunció que abrirá las puertas a los: benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, … estuve enfermo y me cuidaseis,…. en soledad y me acompañasteis… Gracias, Señor por su vida; una vida que se desarrolló así:

Nació, Sor Carmen, en JAÉN, el 24- 10- 1936, en una familia cristiana que alimentó su Fe en Dios y una mirada compasiva a los que tenía alrededor con alguna necesidad. Así, en familia, cultivó su vocación cuando sintió la llamada de Dios para servirle en los Pobres. Conoció a las Hijas de la Caridad desde muy joven, en la Residencia Sanitaria “Capitán Cortés”. Las Hermanas le ayudaron en su discernimiento y en su respuesta al Señor.

Ingresó en el Seminario, en Madrid, el 21- 10- 1962. Sus primeros destinos fueron el Hospital Mora, en Cádiz y el Centro Quirúrgico   en Sevilla. Unos años después, por enfermedad de su madre, pasó a la antigua Provincia de Granada, y fue destinada al Hospital Provincial de JAÉN (más tarde llamado “Princesa de España” al inaugurarse el nuevo edificio).

Era muy feliz en el campo de la salud, curando los cuerpos sin descuidar transmitir la Fe en Cristo Jesús y en su Madre, la Virgen Milagrosa. Por su carácter dulce, delicado, aunque firme cuando se trataba de cumplir con el deber de atender a las personas, era querida por todos: enfermeras, empleados, médicos, que valoraban su profesionalidad a la vez que su humanidad. Especialmente eran los enfermos y sus familias los que más valoraban su actuar y la querían por su sensibilidad y compasión ante el dolor de los que sufren. Este mismo amor entrañable sentía hacia su familia, sus penas y alegrías las hacía totalmente suyas.

Cuando la Comunidad dejó el Hospital, por falta de Hermanas, fue destinada a Granada, Residencia de Hermanas Mayores “Regina Mundi” donde atendió, tanto a las Hermanas como a nuestros familiares, en todo lo que de ella necesitaban, siempre con “profesionalidad”, sí, pero sobre todo con un gran cariño y compasión. Por todo ello ha dejado un gran vacío y todos notamos su falta, además del impacto que ha producido la rapidez de su muerte: 24 horas en el Hospital y se fue para siempre.

Damos gracias al Señor por su vida; los pobres a los que asistió habrán salido a su encuentro, “las puertas de la nueva ciudad se abrieron para ella”.

 

                                         La Comunidad de la Residencia ”Regina Mundi”

 

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