Sor Rosario Romero Gualda

Sor Rosario Romero Gualda falleció en Granada, el día 13 de Mayo de 2019.

SOR  ROSARIO  nació en un pueblecito de la Alpujarra,  preciosa sierra, cuyo nombre es muy conocido en este entorno,  BERCHILES, en la provincia de Granada, en una familia cristiana y sencilla.

      En ese ambiente de sencillez y unión vivió su niñez y juventud, bajo el amparo y tutela de la Santísima Virgen cuya devoción, según contaba ella,  era muy profunda en el ambiente familiar donde creció.  “Sobre una buena cristiana,”  solemos decir en muchos momentos,  “se puede hacer una buena Hija de la Caridad,”   y así sucedió.

      Conoció a las Hermanas, que visitaban con frecuencia este pueblecito en un plan catequético, medio del que el Señor se valió para hacerle conocer su vocación,  llegando a formar parte de la Compañía  de las Hijas de la Caridad.

      Ingresó  en el Seminario de Madrid en 1959 y una vez terminado este periodo de Formación fue destinada a la Residencia de Ancianos de  PRIEGO,  en la provincia de Córdoba.

     Había asimilado muy bien el espíritu de la Compañía con la práctica de las virtudes: humildad,  sencillez,  caridad,  dando un buen testimonio de ello en el servicio que prestaba a los ancianos.  Testigos de ello fueron todo el personal que le rodeaba y las familias del pueblo que visitaban la Residencia.  Destacaban en ella: su acogida, su trato cariñoso, su disponibilidad y entrega en el trabajo.

     Este servicio que las Hijas de la Caridad prestaban a los ancianos en  Priego, era muy bien acogido en el pueblo, por lo que las visitas que hacían a las Hermanas eran diarias, de tal forma que, las jóvenes que acudían se prestaban para ayudar a los ancianos y otros servicios de la casa.  También de las Hermanas aprendían a  coser, bordar, confeccionar, etc.. Así se formó un pequeño taller animado por la devoción a la Virgen,  y se implantó, la Asociación de la Medalla Milagrosa. Llegaron a funcionar varios coros que distribuían las Capillas de la Virgen a las familias, donde era muy bien acogidas por todos los miembros de las mismas.  Sor Rosario era una de las Hermanas, entre otras, que animaba, estimulaba, y enseñaba a las jóvenes a ser personas trabajadoras, honradas,  y disponibles para ayudarse mutuamente y ayudar a los que más necesitaban.

        Pasado el tiempo, como las vocaciones disminuían, las Hijas de la Caridad tuvieron que salir de la Residencia de Priego.  Sor Rosario fue destinada al mismo servicio de atención a los ancianos de la Residencia de Peñarroya, Córdoba.  En dicho servicio destacaban en ella las mismas virtudes y cualidades que la distinguieron en Priego: sencillez, acogida cariñosa, amabilidad,  disponibilidad. Era una Hermana muy trabajadora, siempre pronta a prestar cualquier servicio que surgiera o reemplazar a alguna Hna. que por cualquier motivo estaba ausente.

         Pasados unos años, otro nuevo destino le preparaba el Señor: el Hogar de niños  en UGIJAR,  (Granada)  muy cerca de su pueblo natal, aunque esto no suponía una dificultad para estar disponible, como hasta este momento lo había estado.  Los niños le gustaban mucho, por lo que volcó en ellos un gran cariño, de lo que algunos carecían pues procedían de ambientes no muy agradables, esto le hacía ser muy acogedora con dichas familias inculcándoles a vivir muy unidos todos.

        Con las Hermanas era muy respetuosa y servicial, se sentía feliz en la vida comunitaria aceptando con paz las diferencias y adversidades que podían surgir.

        Con los años, la persona se va deteriorando y las enfermedades apareciendo.  Llegó un momento en que sus limitaciones iban en aumento y decidieron pasarla a la Residencia de ancianos que en la misma localidad tienen las Hijas de la Caridad, donde estuvo poco tiempo por el deterioro acelerado que iba sufriendo.  El Consejo Provincial de acuerdo con la Comunidad, decidió trasladarla a Granada,  Residencia Regina Mundi, de Hermanas Mayores, donde el tiempo que estuvo en ella que fue corto, era ya de total dependencia, pero a pesar de todo conservaba su paz y se dejaba hacer.

       Las palabras de Jesús: “Venid a Mí, los que estáis cansados y agobiados,  yo os aliviaré” resonaron en el corazón de Sor Rosario, y con paz recibió ese momento final, llena de gozo porque era el encuentro definitivo con Dios Padre y con María su Madre, a quien mucho amaba y había hecho amar…   También Santa Luisa la esperaba como a una de sus buenas hijas, y la víspera de su fiesta la llevó a la presencia del Señor.

     Descansa en Paz,  Sor Rosario,  en la Residencia te recordaremos, seguras de que tú también pedirás por todas nosotras, por la Compañía y los pobres.

                                   La Comunidad de la Residencia “Regina Mundi”

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