“Lo mío, servir a Dios en los pobres”

Sor María Luisa Pérez

Sor María Luisa Pérez falleció el 7 de febrero 2019.

Sor Mª Luisa Pérez Montañés, aragonesa, nacida en Andorra (Teruel) el 1 de julio de 1935, hija de Josefa y de Martín, era la mayor de tres hermanos, de una familia cristiana. Fueron sus padres quienes le inculcaron el amor y el servicio a los más necesitados, por lo que a la hora de elegir camino lo tuvo fácil,  y el 29 de marzo de 1957 ingresó en el noviciado en Madrid en las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, donde trabajó y gozó iniciándose en su hacer con las Hijas de la Caridad: Seminario, noviciado, trabajo con los pobres en Vallecas, largas jornadas en el Hospital…

En palabras de ella: “Lo mío, servir a Dios en los pobres”. Por lo que lleva 52 años de vocación en dicha orden religiosa.

Llegó a Chipiona en 1973, para curarse y recuperarse de un gravísimo accidente de tráfico que le acaeció en Madrid y  le afectó a ambas piernas por lo que quedó  prácticamente inválida.

Estuvo destinada en el  Hogar Victoria , con las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, concretamente trabajó en los Pabellones que fundara el insigne Doctor Tolosa Latour con la inestimable ayuda del Padre José Lerchundi. 

Las Hijas de la Caridad llevan ya más de 120 años realizando su labor en Chipiona. Como recuerda el cronista de la Villa, Juan Luis Naval, la querida Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, sin perder su carácter y su acento de esas tierras frías del centro de la península, fue haciéndose chipionera por la vía de los hechos, y por la de su propia salud, ya que en esta tierra encontró el clima, el mar y el sol que necesitaba.

Desde el año 1973, durante casi cuarenta años, la entrega y la perseverancia de Sor María Luisa hicieron que en Chipiona existiera la asistencia social, algo que hoy vemos tan normal, y en aquellos primeros años no existía. Ella encontró una vía para realizarse como religiosa y como persona atendiendo las necesidades de familias sin recursos: ancianos, enfermos o esos habitantes de zonas rurales que sumaban a su situación de pobreza los problemas derivados de las dificultades de las comunicaciones en esa época. No importaba si lo que sus conciudadanos requerían alimentos, medicinas, cualquier útil sanitario o realizar alguna gestión ante organismos o administraciones, allí estuvo siempre, siempre,  Sor María Luisa.

Naval Molero también nos recuerda en una magnífica reseña vital que publicó días pasados, cómo en 2010, el pleno del Ayuntamiento de Chipiona puso el nombre de Sor María Luisa al nuevo Centro de Salud que se construyó en la calle Naranjo, y también cuenta con una calle en el callejero municipal.

En el año 2002 recibió la distinción Premio Populares de Radio Chipiona que le dieron a Sor María Luisa Pérez Montañés el reconocimiento más humano de todos, el que se denominaba Personaje Entrañable. Fue la primera vez que se reconocía su labor públicamente con esta distinción.

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