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Reconocimiento a la labor de la Residencia Santa Luisa Marillac

El alcalde cuevano, Antonio Fernández, nos comunicó a los diferentes medios de comunicación del pueblo y provincia que, desde el Ayuntamiento habían decidido dar protagonismo a un colectivo de nuestro municipio, y ensalzar la labor tan importante que hace cada día en el cuidado de nuestros mayores. Sin olvidar el esfuerzo que han demostrado durante esta pandemia. Se trataba de que nosotras, las Hijas de la Caridad de la Residencia de Ancianos Santa Luisa de Marillac y de los trabajadores fuésemos los encargados de dar la bienvenida a nuestras fiestas”.

Estos días han dado a conocer un poco más sobre la historia de la Residencia de Ancianos Santa Luisa de Marillac, cuya historia, como la de las Hijas de la Caridad se remonta al siglo XIX.

Desde el siglo XVII existía el Hospital de la Caridad de San Antón, regido en aquel tiempo por una orden de frailes extinta a principios del siglo XVIII. El Hospital pasó a manos del Ayuntamiento y de unos “señores médicos” que vieron oportuno pedir a las Hijas de la Caridad se hiciesen cargo de dicha obra, ya que la necesidad era mucha y la desorganización y el caos se estaban adueñando del servicio a los enfermos. La Hermanas llegaron a Cuevas del Almanzora en el año 1870 con la misión principal de regir el Hospital, sin embargo, se dieron cuenta enseguida de las acuciantes necesidades del pueblo y el entorno, y fueron dando paso, sucesivamente, a varios servicios de distinta índole: desde una Escuela infantil a un Comedor, desde un Obrador de bordado a un Internado de niñas huérfanas, desde un Asilo para Ancianos a una Tienda-Asilo.

Por último, hacia finales de los años setenta quedaron un Colegio y una Residencia de Ancianos, de las cuales sólo perdura hasta hoy esta última.

Nos quedamos sorprendidas, no hemos hecho un pregón en nuestra vida, pero después de hablar con Sor Paqui, que es la titular de la Residencia, y con las trabajadoras, todos dieron su visto bueno. Todo el mundo se puso muy contento y lo acogieron con mucha ilusión.

La mayoría de la plantilla que tenemos lleva más de 30 años trabajando aquí y que se hayan acordado de ellas y de nosotras para dar la bienvenida a las fiestas del pueblo le supone al personal sentirse reconocidas en su trabajo y eso las ilusiona y conmueve.

También asistieron a esa noche tan especial alguno de nuestros residentes, los que pudieron, y aunque estaban un poco nerviosos, también estaban contentos. 

Un grupo de voluntarias ayudaron a llevar a la plaza a las personas residentes y al recorrido por el pueblo hasta el alumbrado de feria. 

Las Hermanas, trabajadoras y residentes hicieron el pregón de la feria, y abrimos las fiestas del pueblo en honor a San Diego de Alcalá. Recogimos el reconocimiento de manos del Alcalde y de la Concejala de fiestas. Y se dio inicio a las Fiestas del pueblo.

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