ENCARNACIÓN 2024

ENCARNACIÓN 2024

“…porque para Dios nada hay imposible”

(Lc 1, 37)

 

Este año, la fiesta de la Anunciación la celebramos en plena Pascua de Resurrección añadiendo con ello, a esta celebración, todos los grandes valores que el tiempo pascual trae consigo: vida, alegría, esperanza, novedad, certezas… Celebramos Resurrección y Encarnación juntas ¿Se puede pedir más?

Cuando María recibe la visita del arcángel su vientre se convierte en el tabernáculo del Verbo encarnado y por esta razón, a donde Ella va, lleva gracia y bendición. ¡Cuántas veces hemos orado en nuestra vida el pasaje de la Anunciación! Este momento, según el Papa Francisco es “el más revolucionario de la historia, el más decisivo, el que hace que todo cambie y lo invierta todo.”

Hemos estado reflexionando desde el 2 de febrero en la hermosa carta que nos dirigió Sor Françoise Petit, nuestra Superiora general y, en ella, desde la profundización en el Voto de obediencia, hemos contemplado muchas de las actitudes que María tuvo en su respuesta incomparable a la voluntad de Dios y que contribuyeron a este cambio tan decisivo en la historia. En esta ha habido muchas revoluciones y cambios de eras, pero ninguna la dividió generando “un antes y un después” y, por supuesto, solo la “revolución del Sí de María” impuso el gobierno del amor e hizo posible la Encarnación.

Como dice Sor Françoise en su carta el Sí de María fue en Sí en la fe. Como Ella, llevando una vida sencilla, en lo cotidiano de cada jornada, podemos descubrir a Cristo en múltiples encuentros e incluso de forma inesperada. Sólo la mirada de fe, el tener claro “Quién nos ha llamado” y “el por Quién estamos aquí” nos permitirá mantener la paz interior y ser felices realizando el plan de Dios.

También fue un Sí dialogado y con preguntas. En nuestra vida comunitaria y de servicio a Cristo en los pobres hay espacios para el discernimiento compartido que, desde la reflexión primero y el diálogo después, nos llevan a tomar juntas las mejores decisiones, las que son avaladas por el Señor. Y, por supuesto, a tener la valentía de realizarlas con todas sus consecuencias, como hizo María.

El Sí de María fue libre, lo dio desde una obediencia activa. Esto es la consecuencia vivir en coherencia con el Evangelio. Esta libertad es la única que puede llevarnos a la entrega total y a la autenticidad. Ya sabemos que este modelo de libertad no es muy popular porque no se comprende fácilmente, pero creo que está bien asumir estos riesgos por el Reino. María los corrió.

Y fue un “Sí” que hizo posible el deseo de Dios porque “para Él nada hay imposible.” Un Sí que sigue vigente, que se prolonga en la historia y se reproduce. María nos enseñó que en alianza con el Dios que da la vida, el que es capaz de ponerse a nuestro lado en el camino, todo será posible.

¡Feliz día de la Encarnación!

Comentario
Accesibilidad