Recuerdos

Señor, ¡a tu servicio!

Hoy, desde la Casa de Acogida Colichet, me piden que escriba algo para la Revista de la Casa, en relación con mi vida y mi trabajo como Hija de la Caridad.

Vuelvo la vista atrás y me veo desde que entré en Comunidad realizando el trabajo al que me comprometí: servir a los necesitados especialmente a los enfermos, porque ciertamente siempre me ha parecido que curar o ayudar a curar es un quehacer muy noble y eso era lo que el Señor me pedía.

He sufrido y disfrutado mucho, desde mis estancias en las clínicas y hospitales de Barcelona, Vitoria, Madrid, Murcia, Algeciras, Ceuta, Granada…y por fin Colichet

En otros tiempos los trabajos del hospital eran muy duros: estar en la sala del enfermo de día y velar con bastante frecuencia a la vez. Poco personal y muchos enfermos.

Y por fin llegó el tiempo de mi jubilación, pero aun me encontraba con energías suficientes para hacer algo y siempre con enfermos.

Aquí ya me dediqué más a la cocina, aunque sin perder el contacto con ellos y procurando obtener una alimentación esmerada y apetecible, pues siempre me ha parecido que una comida bien preparada puede dar energía y alegría al enfermo.

Pues esta ha sido mi vida de Hija de la Caridad: Servir a los pobres tal como le prometí al Señor desde el primer momento de mi consagración

El Señor, a cambio, me ha dado la felicidad y la alegría de servirle

Sor Luisa

 

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