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Gran Canaria

Jornada Formativa-Festiva en Santa Brígida

El pasado día 3 de enero celebramos en Santa Brígida (Gran Canaria), la jornada formativo- festiva en la que disfrutamos del encuentro, de la cercanía de los Superiores, del compartir, de la amistad… Una jornada realmente gozosa en la que nos felicitábamos por el Nuevo Año.

Recogiendo en la cámara del corazón los instante vividos… 

  • Primer instante: La Oración.

Comenzamos  la mañana con una preciosa oración, poniendo en manos de Dios, principal protagonista de nuestro encuentro, todos nuestros deseos y anhelos.

En ella se nos invitaba de forma especial a hacer realidad en este mundo, la Encarnación de Dios. Se nos recordaba que esta Navidad nos regala sueños… 

  • ¿Quién no sueña con un guía que ilumine el camino de su existencia, que nos ayude a salir a la periferia de la vida?
  • ¿Quién no sueña con un Padre eterno en el que reposen nuestras necesidades?
  • ¿Quién no sueña con un Dios que se hace Niño, tangible, que viene a nuestra realidad y nos hace libres?

Y, concluíamos nuestra oración comprometiéndonos a que nuestra luz tenga la intensidad que emane de la caridad, de una vida entregada, auténtica, radical… Que nuestra luz tenga el brillo que nazca de la austeridad… Que nuestra luz se propague con alegría de vivir, acogida cordial, mirada pacífica, sonrisa sincera… porque queremos irradiar la Luz de un Dios que se hizo Niño y que vino para quedarse todos los días del año.

  • Segundo instante: “Crear cultura de discernimiento en nuestra vida”. (P. David Guindulain, sj).

De la conferencia impartida este día por el P. David, voy a resaltar a modo de resumen, algo así como si de una captura de pantalla se tratara, dos sencillas reflexiones.  

La primera  basada en una historia que narraba lo siguiente: “Nuestra vida es como la de un grupo de amigos que van a comer a un restaurante y cuando piden la cuenta, el camarero les dice: ya está todo pagado. Alguien lo pagó”. Discernir desde esta perspectiva nos pone en situación de  elegir para ir a…”  pero desde el convencimiento de que Él ya pagó todo en nuestra vida, por tanto, “todo puede ser oportunidad”, viviendo reconciliados con el pasado, y enraizados en el presente. No  hay cuentas pendientes”. 

La segunda reflexión que plasmo en esta reseña y que considero que merece la pena recoger en la cámara del corazón es la definición que compartió sobre la vocación:

“Vocación es tu yo más profundo, es tu eje vital, es aquello que Dios te dice hoy. Es un aspecto de Jesús, a tu estilo. Es un nuevo nombre”.

Hizo referencia a una expresión del Papa Francisco muy significativa, que dice así: “No existe el selfie vocacional. La vocación exige que la foto te la haga otro”. Esto nos lleva a reflexionar la importancia del acompañamiento en el camino del discernimiento, promoviendo  la cultura del encuentro, evitando  la “autorreferencialidad” propia de la generación selfie, que nos lleva a estar encerrados en nosotros mismos.

  • Tercer instante: proyectos de servicio.

Este momento de compartir testimonios fue entrañable. Tres proyectos diferentes, un mismo horizonte… ¡Qué gran riqueza la diversidad! ¡Qué maravilla esa primera persona del plural: “nosotros”, que me hizo plantearme ¿sentido de pertenencia o GOZO DE PERTENECER? Me quedo con lo segundo, “gozo de pertenecer” y gozo de compartir el camino con un eje común: Jesucristo y el servicio a los demás.

  • Cuarto instante: “La estrella de la Navidad”.

Los alumnos/as de tercero de la ESO del Colegio Sagrada Familia representaron una obra musical que llevaba por título: “La estrella de la Navidad”. Fue un regalo compartir con ellos este momento de la tarde que, sin duda, prepararon con ilusión, esfuerzo, trabajo y mucha alegría. Lograron con sencillez, ritmo y profundidad transportarnos a ese maravilloso lugar, dónde hace más de dos mil años nació el Hijo de Dios.

  • Quinto instante: La Eucaristía.

Culminamos nuestro encuentro con la celebración de la Eucaristía, acción de gracias por excelencia, fuente y cumbre de nuestra vida cristiana. Una celebración alegre y festiva acompañada de cantos navideños. En ella depositamos todo lo vivido para que el Señor lo transforme y lo haga fructificar.

  • Sexto instante: GRACIAS.

Dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón, es por ello que no puedo concluir esta reseña sin un sexto momento y es el que envuelve la palabra GRACIAS. Sí, gracias, mil gracias a nuestra Visitadora y a su Consejo, por compartir con nosotras esta jornada formativo-festiva. Gracias porque con todos sus detalles y desvelos, estando lejos les sentimos muy cerca. Gracias porque recibimos mucho en estos intercambios compartidos que generan vida, impulso y novedad. Gracias de corazón también al Padre José Mª López Maside, físicamente no pudo estar presente, pero estoy convencida de que con su oración y pensamiento compartió con todas nosotras este día entrañable. 

Todos estos instantes terminaron con una sencilla merienda que prolongó la fiesta, la amistad, el diálogo… en definitiva, la fraternidad que siempre se genera alrededor de la mesa compartida.

¿Cómo quedarnos con este día como si de un “selfie” se tratara? El reto está en recoger en la cámara del corazón cada instante vivido, cada experiencia, cada momento…con el deseo de hacer vida en este año que comienza las palabras de nuestra Madre General: “Hermanas, estamos llamadas a abrazar el futuro con esperanza. No deberíamos solamente soñar o hacer proyectos, sino pasar a la acción a partir de nuestra realidad, con nuestras fuerzas, nuestras debilidades. Seamos auténticas Hijas de la Caridad, personas corrientes que compartimos nuestros bienes materiales y nuestros talentos ordinarios para construir, con aquellos a los que servimos, una sociedad más justa y pacífica y para volver los corazones hacia Dios”. 

Año Nuevo, corazón nuevo. ¡Feliz  2019!

Sor Mª Dolores Guerra Ferrera

Hija de la Caridad

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