Asilo Dulce Nombre de María

Lecciones de vida

Una madre es un faro, que te orienta cuando estás perdido, referencia de seguridad, alguien donde mirar para guiar tus pasos. Muchas son las frases lapidarias que un día (probablemente) diría alguna madre y que hoy se atribuyen y son ya parte de la idiosincrasia materna. Hace mucho ya que la mía dejó de pedirme que tuviera “cuidaíto” cuando salía de noche, o me predijera el tiempo ofreciéndome un paraguas porque esa tarde soleada iba a llover, por cierto, siempre acertaba (“te lo dije”), pero hay una frase que sigue resonando en mi cabeza; 

  • Niño, júntate con gente que te dé, no que te quite… 

Con esa frase he crecido y a lo largo de mi escasa vida de 42 años han pasado muchas personas. Algunas de ellas son Hijas de la Caridad, parte de la gente (según mi madre) que te quitan más que te dan: tiempo, dinero, esfuerzo, energías. “Las monjas te exprimen…” me decía, sin saber que el que me exprimía viene de más arriba.

Mamá, estos últimos nueve meses, las “monjas” me han dado tiempo, descanso, seguridad, alivio, satisfacción… al saber que tú estabas en las mejores manos que te podían cuidar con dignidad, respeto, cariño y amor.

Me encantaría volver a cruzar algunas palabras contigo, seguro que estarías orgullosa por la gente con las que me junté, ya que me han dado más que me han quitado, “te lo dije”, bromearíamos, y de paso te preguntaría si esta tarde iba a llover porque hace ya cinco años que no doy una con el paraguas…

Familiar de Ana Vargas-Machuca

Comentario
Accesibilidad