Ser Hija de la Caridad

Ser Hija de la Caridad

EN COMUNIDAD

Para cada Hija de la Caridad vivir en fraternidad con otras personas llamadas por el mismo Dios para ser sus manos y servirle en los pobres, es realmente un apoyo esencial para vivir e impulsar la vocación.

ENTREGADAS A DIOS

Cada Hija de la Caridad entrega su vida a Dios siguiendo a Cristo según se revela en el Evangelio, como lo hizo de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac.  

PARA SERVIR A CRISTO EN LOS POBRES

Para las Hermanas es primordial anunciar el Evangelio a todas las personas, pero especialmente a aquellas que son más vulnerables, las que viven sin conocer a Dios o que están en las periferias de la sociedad. Es en ellos donde, con una mirada de Fe, ven a Cristo en los pobres y a los pobres en Cristo.

… A TODOS LOS POBRES.

Allí donde haya una pobreza, una necesidad, la Hija de la Caridad está llamada a hacerse presente.

Toda su vida (Comunidad, oración, formación…) gira en torno a la  entrega en el servicio a Cristo en los pobres.

…POR TODAS PARTES

Desde los orígenes, en tiempos de san Vicente, las Hijas de la Caridad salen al encuentro de los pobres.

Actualmente se encuentran  presentes

en 97 países.

…CON UN ESPÍRITU EVANGÉLICO

Las Hermanas, contemplando a Cristo, intentan llevar a sus propias vidas el “estilo de Jesús”, es decir, vivir con humildad, sencillez y caridad, dejándose así guiar por el Espíritu Santo.

HUMILDAD-SENCILLEZ-CARIDAD

…BAJO LA PROTECCIÓN DE MARÍA

Las Hijas de la Caridad, como fieles seguidoras de Jesús, se fijan en quien fue su madre, la primera cristiana y la principal consagrada a la voluntad de Dios. Ven en ella a la perfecta seguidora donde contemplan su escucha a la Palabra de Dios, su ser de sierva, su humildad, su fidelidad, esperanza de los pequeños,…

Accesibilidad
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