Luisa de Marillac: Una Influencer del Siglo XVII (Tercera parte)

Luisa de Marillac: Una Influencer del Siglo XVII (Tercera parte)

3º Parte

6. Una influencia que trasciende siglos

La influencia de Luisa de Marillac no se limitó a su época. Hoy, la Compañía de las Hijas de la Caridad y la Familia Vicenciana continúan su misión en más de 90 países, atendiendo a millones de personas. Su vocación era servir a Dios en la persona de los pobres, un ideal que se mantiene vivo, demostrando que su visión no fue solo revolucionaria para su tiempo, sino también profundamente humana y sostenible a lo largo de la historia.

Hoy, Luisa de Marillac se presenta no solo como una figura histórica fundamental en el ámbito de la caridad organizada, sino también como una mística cuya profunda relación con Dios, docilidad al Espíritu Santo e identificación con Cristo crucificado son una fuente constante de reflexión y un modelo a seguir para la espiritualidad y la misión vicenciana en la actualidad. Su vida es vista como un “espejo” y un “camino” inspirador para quienes buscan servir a Cristo en los pobres, viviendo en comunidad con el fin de perseverar en su vocación.

Su figura ha sido reconocida oficialmente por la Iglesia, que la canonizó en 1934 y la declaró patrona de los trabajadores sociales en 1960. Este reconocimiento refuerza la idea de que su impacto va mucho más allá de lo tangible, posicionándola como un verdadero referente de caridad activa y transformación social.

7. Conclusión

Sin duda alguna podemos ver a Luisa de Marillac como una “influencer” del siglo XVII, no expuesta en plataformas de redes digitales, sino en la red humana y espiritual que tejió día a día con pasión y entrega. Su vida nos recuerda que la verdadera influencia se mide por la capacidad de transformar vidas, inspirar corazones y dejar un legado duradero. Hoy más que nunca, en un mundo hambriento de autenticidad y compromiso, el testimonio de Luisa sigue siendo un faro luminoso que invita a ser protagonistas de un cambio real y solidario. Nos invita a cada uno de los vicencianos a caminar con transparencia, responsabilidad y rectitud, a ser coherentes con el carisma desde la opción de vida que cada uno haya tomado, a trabajar por la dignidad de cada persona dentro y fuera de la comunidad vicenciana. ¿No nos suena todo esto a Evangelio, a Buena Noticia? “Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 13,34), es más, “amad a vuestros enemigos” (Mt 5,44) A ejemplo de Luisa de Marillac solo nos queda ser sembradores de caridad allá dónde el Señor nos ponga con la firme convicción que Dios es “mi Dios y mi todo” (4 de mayo de 1623. Cfr. E. n. 5)

Más allá de una mera biografía, su historia es un espejo en el que mirarse a menudo y un modelo para quienes hoy buscan actualizar el carisma vicenciano.

…sigo pidiendo para ustedes a Dios su bendición y le ruego les conceda la gracia de perseverar en su vocación para que puedan servirle en la forma que Él pide de ustedes. Tengan gran cuidado del servicio de los pobres y sobre todo de vivir juntas en una gran unión y cordialidad, amándose las unas a las otras, para imitar la unión y la vida de Nuestro Señor. Pidan mucho a la Santísima Virgen que sea Ella su única Madre. (SLM Correspondencia y escritos. 302, página 835)

Sor Trinidad Segura

Te dejamos este texto en pdf para que puedas descargarlo: 3. Tercera parte. Luisa de Marillac

 

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