Las Hijas de la Caridad reciben a los residentes del orfanato del Hogar de Armilla de la Diputación de Granada.

Las Hijas de la Caridad reciben a los residentes del orfanato del Hogar de Armilla de la Diputación de Granada.

El presidente de la Diputación de Granada, Francis Rodríguez, junto al diputado de Centros Sociales, Mayores y Juventud, Roberto González, y la diputada de Bienestar Social, Igualdad y Familia, Elena Duque, ha presidido, en la Casa Cuna de la institución provincial, el reencuentro entre las Hermanas de la Congregación Hijas de la Caridad y quienes, siendo niños y niñas, encontraron en esta institución un hogar durante los años más duros de la posguerra.

La Casa Cuna de la Diputación de Granada ha acogido este martes el reencuentro entre las Hermanas de la Congregación Hijas de la Caridad y quienes, siendo niños y niñas, encontraron en esta institución un hogar durante los años más duros de la posguerra.

El acto, cargado de momentos conmovedores, también ha servido para dar voz a los antiguos residentes, quienes han compartido anécdotas y agradecimientos hacia las Hijas de la Caridad y el personal de la institución. A su vez, estos han entregado una placa conmemorativa a las Hermanas de las Hijas de la Caridad en señal de cariño por tantos momentos vividos junto a ellas. Durante su intervención, Rodríguez ha recordado los orígenes de la institución y el papel fundamental de las Hijas de la Caridad en la vida de los menores acogidos, indicando que “la entrega de estas Hermanas marcó un antes y un después en la vida de tantos niños y niñas que encontraron aquí no solo un techo, sino también amor, educación y esperanza en los duros años de la posguerra. Su labor fue, y sigue siendo, un ejemplo de generosidad y dedicación”.

Además, el presidente ha subrayado que esta historia de solidaridad debe ser un modelo para la acción social de hoy, señalando que “debemos reconocer que esta labor sigue viva y evolucionando”. “Hoy, cuando se trata de atender a nuestros mayores, a personas con discapacidad o a quienes más lo necesitan, aprendemos que toda inversión y esfuerzo son pocos. La esencia de la Casa Cuna sigue guiándonos para cuidar a los más vulnerables y ofrecerles no solo ayuda, sino dignidad y esperanza”.

Algunas de las Hijas de la Caridad que formaron parte del equipo del orfanato han estado presentes en el acto. Sor Carmen ha tomado la palabra y ha expresado que “muchas Hermanas llegamos aquí sin ninguna experiencia, pero mucho amor en el corazón. Formábamos una gran familia y nos dividíamos en grupos de 25 niños y niñas con unas historias y unas realidades muy duras y difíciles para ellos. Quisimos ser buenas madres con ellos y formar hombres y mujeres para el futuro. Los pequeños disfrutaban mucho cuando en verano íbamos a Almuñécar a pasar las vacaciones. Fueron años muy bonitos y que jamás podremos olvidar”. Antonio Murcia, en representación de todos ellos, ha querido “agradecer a la Diputación de Granada por organizar este evento que hace que nos reunamos todos aquí para celebrar nuestra niñez y recordar viejos tiempos. Nuestras experiencias aquí siempre fueron positivas y la congregación de las Hijas de la Caridad fueron siempre muy serviciales con nosotros y nos dieron mucho cariño”. A ellas precisamente se ha referido reconociéndoles que “con
vuestro sacrificio y bondad nos ayudasteis a luchar en la sociedad. Un fuerte abrazo de tantos niños y niñas de este jardín lleno de esperanza e ilusión que, aunque ya seamos mayores, nuestros recuerdos hacia vosotras son lúcidos y
agradecidos”.

Sor Trinidad Segura, en representación de las Hijas de la Caridad expresó unas sencillas palabras de agradecimiento:
Para las Hijas de la Caridad, este encuentro es un reencuentro con la historia, con los recuerdos y con las vidas que un día Hijas de la Caridad, niños y niñas compartieron este hogar. Nuestra vocación, arraigada en la entrega a Dios y al servicio de los más desprovistos de todo, en un momento de la Historia nos trajo aquí con el fin de dar la vida por ellos y hoy, en vísperas de la festividad de la Virgen Milagrosa nos ha traído nuevamente aquí para recordarnos que en el centro siempre ha de estar el ser humano.

En este sencillo acto queremos expresar nuestra gratitud a la Diputación de Granada por este encuentro tan sencillo como conmovedor, que revive recuerdos imborrables y nos inspira a seguir sembrando caridad con renovada energía y audacia, tal como lo vivieron nuestros fundadores, San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac.

Estamos convencidas que cuando vamos solos para desarrollar un proyecto posiblemente lleguemos antes, pero cuando somos capaces de ir juntos aunando voluntades, llegamos más lejos que cualquier proyecto soñado En este hogar, intentamos ser algo más que cuidadoras: quisimos ser madres,

creando un entorno donde cada niño pudiera sentirse valorado y querido por nosotras. A vosotros gracias por todo lo que nos disteis, y nos ayudasteis a ser madres, amigas, compañeras e hijas de la caridad.

Gracias a la Diputación y a todas las administraciones, entidades y personas que han creído en esta misión y han trabajado codo a codo con nosotras para hacer de esta Casa Cuna un verdadero hogar.

Al mirar atrás, solo podemos decir que hemos intentado cumplir con lo que el Señor nos ha encomendado: cuidar, amar y proteger a los más vulnerables, sus predilectos. Estamos convencidas que la caridad es un trabajo colectivo, una obra que solo tiene sentido cuando se construye juntos.

En resumen, las Hijas de la Caridad solo encontramos unas palabras que pueden resumir todo lo que sentimos hoy: Gracias, de corazón.

 

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