En todos los continentes una gran multitud de personas quedamos sobrecogidas el lunes de Pascua al recibir la temida noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Este hombre sencillo, venido de “casi el fin del mundo”, en doce años, ha sido capaz de conectar con la cultura contemporánea y proponer una renovación espiritual tanto a nivel personal como comunitario, haciéndose entender, en todo momento, por las personas más sencillas e incluso los más alejados de la Iglesia.
Con las Hijas de la Caridad mantuvo una cercanía desde el primer momento al optar por vivir en la Residencia Santa Marta, lugar donde se encuentra una Comunidad. Con la Provincia España Sur, concretamente, quedó ligado también desde el inicio de la misma ya que ésta nació dos días después de que el cardenal Jorge Bergoglio fuera elegido Papa. Se puede decir que, hasta ahora, la Provincia sólo ha caminado con este sucesor de Pedro.
Sus mensajes, sus cartas apostólicas, sus encíclicas y todos sus sueños formaron parte de los nuestros en las dos Asambleas generales que hemos celebrado en este tiempo, en 2015 y 2021. ¿Cómo no conmovernos cuando en la bula “Misericordiae Vultus” nos hablaba de la misericordia en la vida cristiana o cuando enfatizaba la importancia de la justicia social abogando por los derechos de los pobres y marginados? ¿Cómo quedarse indiferentes ante el trabajo constante que realizó por la paz y la promoción de soluciones pacíficas a los conflictos? ¿Y qué decir de su estilo personal humilde y del servicio que realizó con los más vulnerables?
Por supuesto que las Hijas de la Caridad hemos conectado con su lenguaje innovador y el enfoque pastoral que vivió. En nuestros proyectos hemos querido enfatizar también la “Cultura del encuentro”, especialmente con los más marginados, y llevar el Evangelio a las periferias existentes como “Iglesia en salida”. Rechazamos la “cultura del descarte” optando mejor por la fraternidad universal. Hemos conectado perfectamente con él porque ha sido capaz de abordar, con gran lucidez y apertura, los problemas contemporáneos desde una perspectiva cristiana.
A lo largo del camino nos hemos ido encontrando con el Papa Francisco en varias ocasiones. En la Provincia España Sur tuvo una resonancia especial la visita que realizó a Marruecos y, concretamente, su presencia en nuestra comunidad de Temara. Ninguna Hermana de la Provincia podía sospechar que “todo un Papa” viniera a nuestra sencilla casa para encontrarse con las personas a las que servimos, además de religión musulmana. Su presencia en Rabat y la acogida que el pueblo y el rey le dispensaron dejaron patente que el Papa Francisco promovía, con compromiso serio, el diálogo interreligioso como medio para fomentar la paz y el entendimiento mutuo, reconociendo la diversidad como riqueza.
Las Hijas de la Caridad llevábamos más de cien años en Marruecos y la convivencia con este pueblo había sido ejemplar por ambas partes. Que el Papa Francisco fuera en 2019 y hablara de compartir los valores fundamentales y de abordar juntos los desafíos globales como la pobreza y la migración resultó ser un impulso maravilloso. El encuentro con él fue una expresión tangible de compasión y apoyo hacia los más vulnerables. Por supuesto que quedará entre los acontecimientos más importantes de nuestra presencia en este país.
El 17 de noviembre de 2024 el Papa Francisco bendijo 13 llaves simbólicas de hogares en 13 países como parte del proyecto Jubileo de las 13 Casas de la Famvim Homeless Alliance (FHA). Esta iniciativa especial, alineada con el tema del Año Jubilar de la Iglesia, “Peregrinos de la Esperanza”, busca llevar alivio a las familias sin hogar de todo el mundo, guiadas por el espíritu de San Vicente de Paúl. Es una respuesta contundente a la falta de vivienda como crisis humanitaria y también el llamamiento del Papa Francisco en la bula de convocatoria del Año Santo a “ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria”. El Santo Padre, con este gesto, ha patrocinado directamente a trece familias. Una de ellas se encuentra en Senegal, el último país al que han llegado las Hijas de la Caridad de la Provincia. Para nosotras también ha sido un gesto muy significativo y un gran impulso en la nueva misión.
Por destacar un último detalle de cercanía a nuestro servicio directo con los más pobres queremos resaltar su deseo de viajar a las Islas Canarias para “tocar” y seguir de cerca el problema migratorio en el archipiélago. Esta visita tan esperada no se pudo realizar por sus problemas de salud, aunque para nosotras ha sido suficiente su manifestación porque, estamos seguras de que lo habría realizado si hubiera podido.
Está claro que el legado del Papa Francisco seguirá iluminando nuestros pasos y nuestra misión. Su persona y gestos quedará en nuestros corazones y, por siempre estaremos unidos en la pasión por la defensa de los derechos humanos y la promoción de los más desfavorecidos de la tierra.
Que haya fallecido el lunes de Pascua corrobora algo que un cristiano tiene clarísimo, y es que la muerte no tiene, nunca, la última palabra. En estos días estamos contemplando a Jesús sorprendiendo a sus discípulos tras su resurrección, haciéndoles saber y sentir que sigue entre ellos. La fe no es una cuestión de comprensión intelectual sino una experiencia de amor. El Papa Francisco así lo vivió y lo transmitió. A nosotras nos ha calado bien su mensaje.
Hoy damos gracias a Dios por sus doce años de servicio a la Iglesia universal. A nuestro querido Francisco también le decimos adiós dándole las gracias por haber hecho del Evangelio su forma de vivir y por haber sido para nosotras un amigo, un hermano, un maestro y, sobre todo, un buen Pastor.