Tetuan

La ciudad de Tetuán, capital del Norte, situada en la ladera de una montaña, con sus calles convertidas en escaleras interminables, llenas de campesinas con mandil rojo y sombrero de paja, que cada día venden sus productos horto-frutícolas en la vía pública a precios de risa para un español.

Pues en esta ciudad alegre viven, desde 1921, las Hijas de la Caridad, que han ido adaptando su servicio a los pobres a medida que lo demandaban los tiempos y cambiaban las pobrezas. Porque haberlas siempre las ha habido (primero fueron los soldados heridos y enfermos, luego los enfermos de la población mixta, españoles y marroquíes, y ahora las personas mayores y solas), todo esto en lo que es el Hospital Español. Pero además las hermanas siempre tuvieron una atención paralela a la población marroquí más pobre (las mujeres y los niños). La formación fue un interés prioritario y las necesidades básicas.

Hoy, la comunidad está formada por cuatro hermanas que, con entusiasmo, trabajan por mostrar el amor de DIOS a todos sus hijos, especialmente a los más desheredados y lo hace en:

  1. El Hospital, transformado en Residencia de personas mayores, con pocos recursos y apenas sin familia, que necesitan todo nuestro cariño, comprensión, apoyo, delicadeza, … para acompañarles en su situación actual. Económicamente depende del Ministerio de Asuntos Exteriores, las Hijas de la Caridad estamos como colaboradoras.
  2. La Guardería San Vicente de Paúl con 100 pequeños entre 3 y 6 años, totalmente gratuita, sin subvenciones, con personal marroquí remunerado y con Seguridad Social que depende totalmente de nosotras Hijas de la Caridad.
  3. El comedor escolar y la ayuda con Becas de estudio para apoyar a niños y jóvenes que desean promocionarse y a los que la vida se lo ha puesto muy difícil. A veces sólo “querer” no es “poder”. Es preciso encontrar una mano a la que agarrarse para salir a flote en tiempos de crisis y en familias muy precarias.
  4. La formación de mujeres, madres de los niños de la Guardería, a las que se les ofrece un espacio para la alfabetización, la convivencia, la autoestima, el aprendizaje de manualidades, etc. De forma totalmente gratuita para ellas y que mantenemos con la ayuda de los colaboradores.
  5. Visita en la cárcel a los presos extranjeros, a los que se da compañía, escucha, atención espiritual, esperanza…
  6. Pobres con múltiples necesidades (techos, ropa, comida, farmacia, …

No tenemos subvenciones estatales, todo depende de la generosidad de las hermanas y los colaboradores

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