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Obra Social Santa Luisa en La Gomera

Obra Social Santa Luisa en La Gomera

Acción Social
Teléfono: 922870070
Fax: 922870070
Email
Dirección: Plaza de la Constitución 20, San Sebastián de La Gomera
Gran Canaria, 38800

PRESENCIA DE LAS HIJAS DE LA CARIDA EN LA GOMERA.
En 1973, por una llamada de la Iglesia, la situación de pobreza y abandono, acuden tres Hermanas: una maestra, otra ATS y la tercera para la promoción de la mujer. El lugar elegido para vivir fue la Dama. En el municipio de Vallehermoso, en la Rajita, una importante industria conservera atrae a una fuerte población que necesita ayuda en los aspectos de Salud, Docencia (atención a los hijos) y Visita domiciliaria, particularmente a los mayores.

El 1 de mayo de 1976, las Hijas de la Caridad, por una solicitud del Cabildo Insular de la Gomera, se establecen en San Sebastián, capital de la pequeña isla colombina, para atender las necesidades del Hospital Ntra. Sra. de Guadalupe.
El CONTRATO se realiza el 2 de agosto de 1976. Comparecen Sor Joaquina Lizarraga, de parte de la Compañía de las Hijas de la Caridad, y Don José Jesús Bencomo, en representación del Cabildo Insular de la Gomera.

La Comunidad estará formada por cinco Hermanas, aunque al comienzo solo están tres. Su vivienda forma parte del Hospital, de aquí que al permanecer todo el día en el Centro hospitalario, las jornadas de trabajo sean muy largas.
En los tiempos disponibles, las Hermanas colaboran con la Parroquia y realizan visitas a domicilio para conocer los posibles ancianos y enfermos, y prestarles asistencia.
Pronto surge el deseo de visitar los pueblos algo más alejados de la capital muchos barrios con necesidades de todo tipo.

VIVIENDO EN EL TANQUILLO.
Después de orar, dialogar y reflexionar cómo mejor servir a los pobres, se determina salir de la vivienda del Hospital, y nos instalamos en el Tanquillo, en un piso. La Corporación Insular autorizó contratar a tres Hermanas: dos ATS y una Auxiliar de Clínica. Ante la necesidad de aumentar la plantilla, se incorporan dos Hermanas más: una ATS y otra Matrona.
El apostolado de las Hermanas avanza a medida que pasan los días, y en ellos se van viendo las muchas necesidades de la población. Es el único Hospital de la isla. Aquí acuden tanto los enfermos como los familiares para visitarlos, y es necesario trabajar casi sin descanso.

1976-1986
Durante esta década hemos ido trabajando, de acuerdo con los Párrocos, prestando ayuda en los lugares de más urgencia: enfermos, personas desamparadas, familias sufriendo graves problemas…

De los isleños con mejores recursos económicos hemos recibido ayuda y colaboración casi desde nuestra llegada.
Al fin, decidimos comprar una casa para poder dar solución a los muchos problemas de tanto hermano necesitado. Entre todas las posibilidades elegimos una casona antigua situada en la parte más céntrica del lugar. Y van llegando a nuestra casa los ancianos más desprotegidos de los pueblos que visitamos.
Comienza la Obra Social Santa Luisa de Marillac, dedicada a Residencia de Mayores.
El 28 de enero de 1987 llega un nuevo grupo de Hermanas, cinco, que integrarán la Comunidad. Se va tomando el pulso a la nueva obra en la que ya tenemos un grupito de ancianos viviendo con nosotras. Otros vienen a comer y a pasar el día.
La salud mental deteriorada de algunos de ellos no nos permite tenerlos de noche, pero tienen asegurada la comida, la ropa, el aseo y sobre todo la compañía, el amor y respeto con que se les trata.

La Comunidad ha vivido con gran gozo algunas fechas importantes:
BENDICIÓN DE LA CASA.
El día fijado fue el 22 de mayo de 1987, en el que tuvimos la dicha de contar con la presencia entre nosotros de Sor María Luisa Rueda, Asistenta General que se encontraba visitando las Comunidades del archipiélago. Con ella vino todo el Consejo provincial.
El 3 de abril de 1988 nos visita Sor María Luz Hernández, nuestra Visitadora, que acompaña a la nueva Hermana Sirviente. Las acompañamos para que conocieran los lugares donde realizamos nuestro apostolado.
En una de las reuniones, y después de invocar al Espíritu santo, se comienza el diálogo, en el que cada una va aportando sus experiencias. Se llega a algunas conclusiones, entre ellas:
*Dar prioridad a la atención de los ancianos residentes, que ya son un grupito.
*Ofrecer comida a personas necesitadas, ya sean de paso o residentes en este lugar.
*No admitir a personas desconocidas a pasar la noche. Crea inquietud en los ancianos.

15 de marzo de 1989.
Hoy es un gran día: festejamos a Santa Luisa, nuestra fundadora, titular también de esta Residencia, y con este motivo nos visita la Madre Duzan.
Una de nuestras residentes, cargada de años y de experiencias, le da la bienvenida. Lleva en sus manos una cesta artesanal y en ella una pieza típicamente gomera: UNA TRAPERA.
Como su nombre indica está hecha de trapos, que pueden ser nuevos o de ropa usada y aprovechada, se cortan a tiras, se unen y se hace un ovillo para después tejer una manta, alfombra o colcha.

En la Gomera, las Hijas de la Caridad son un SIGNO DE ESPERANZA en una isla casi olvidada por su escasa economía, el aislamiento, las pobres comunicaciones, sus características orográficas…circunstancias que han originado una emigración masiva hacia Tenerife, con el consiguiente aumento de la población anciana, en su mayoría sola, aislada, luchando por la supervivencia. Por todo ello, las Hermanas son un signo que anuncia y denuncia esta situación. Su presencia expresa que alguien ama y se preocupa y ocupa de ellos y quieren ayudarles a vivir dignamente. La Comunidad, junto con los ancianos, formamos una auténtica familia.

EL MERCADILLO.
¿Qué relación tienen con nuestra Residencia? El gozo que proporciona a nuestros ancianos cuando salen y hacen algunas compritas.
Está situado en la Plaza de la Constitución, junto a la Residencia. Allí se encuentran los mejores y más frescos productos agrícolas de la isla, que ellos bien conocen ya que muchos fueron agricultores. También, una variedad increíble de objetos artesanos. Otros van, animados por la posibilidad de encontrarse con amigos, conocidos y familiares, y unos y otros llevan noticias a los que no han podido salir.
En el año 2000 la Residencia está a tope, y una larga lista de espera. Muchas personas insisten en que se les haga “un hueco”.

EN LA ACTUALIDAD
Las Instituciones han abierto tres Residencia. En ellas hay una parte para Ancianos y otra para Discapacitados.
Por otro lado, nuestra Obra Social, aunque bien atendida, al ser la construcción una casa antigua no se le puede aplicar la “Normativa vigente”. Por esta razón no nos permiten más ingresos de personas mayores. Tampoco podemos adquirir, por falta de recursos económicos, terreno para ampliar lo que tenemos,.
Estamos a la espera de un nuevo proyecto para continuar la obra pues los pobres son cada vez más. Aún tenemos a una anciana esperando ser trasladada a una de las Residencias.
¿Qué hacemos? En un sencillo Comedor, atendemos diariamente a 14 ancianos, otros vienen a por la comida y se la llevan a casa, dos de ellos padecen alzheimer .
Tenemos que agradecer a la CAIXA la ayuda que nos presta, con la que podemos hacer frente a las bastantes personas que siguen acudiendo a nuestra casa.
Gracias a Dios, tenemos buenas relaciones con los Servicios Sociales, Cáritas y la Parroquia, por lo que podemos realizar nuestra labor desde el Carisma Vicenciano. ¡Aquí nunca estamos en PARO!

No hace mucho, hemos vivido una experiencia preciosa.  Entre tantos turistas que visitan la Isla, un día dos señoras de la Parroquia acompañaron a un chico joven, que necesitaba ayuda, aseo, comida etc. Fue el primer contacto. Aquí podía tener cubiertas las necesidades básicas; aceptó el uso de la ducha, pero se resistía  comer con personas mayores.  Después, con en estrecha colaboración con la Trabajadora Social del Ayuntamiento, estudiamos el caso concreto. Había que unir fuerzas y recursos para ayudar al joven en su integridad, pues llevaba  dos años fuera de su hogar familiar. Es de la Península.
Poco a poco  fuimos creando lazos de amistad y confianza. Nos manifestó su deseo de colaborar en algo en nuestra casa, y comenzó a pintar una puerta. Se sentía a gusto. Esto nos permitió poder hablar de cosas importantes de la vida, su casa, su  familia, su persona…Logramos conectar con su madre, y buscamos la forma de su vuelta al hogar.
Las cuatro Hermanas estábamos implicadas de alguna manera en este bonito y delicado caso. Se sintió acogido, acompañado y orientado; cosas que Dios hace a través de nosotros.
Llegó el día, y a las 7 de la mañana, todas las Hermanas fuimos a despedirlo al Barco. Nos encargó no decirle nada a su madre pues quería darle una sorpresa. Y así fue.
No es fácil explicar la inmensa alegría que esto supuso para su madre, familia y todas nosotras. La Comunidad le cantamos por medio de WhatsApp  para que lo escuran juntos: 
“Aunque el hijo se marchara del hogar, una madre siempre espera su regreso…”
¡¡¡Os podéis imaginar!!!!
Alguno de sus mensajes: Gracias a ustedes volvió la felicidad a casa. Este año, podemos reunir a toda la familia. Mi marido y yo estamos muy agradecidos.
Muchas veces pensamos: ” Aunque solo hubiera sido por recuperar a este chico, ha valido la pena estar en esta Obra en la Gomera.

Trabajamos en la Pastoral de la Parroquia: Cáritas, Visitas a Domicilio, servicio muy vicenciano; damos prioridad a personas enfermas, a mayores que no pueden salir de casa. Catequesis. ¡Gracias a Dios, aquí nunca estamos en PARO!

No hace mucho hemos vivido una experiencia que nos ha colmado de gozo: Dos señoras nos hablaron de un chico, de 20 años, que necesitaba ayuda. Como no encontraron a la trabajadora social para comunicárselo, lo trajeron directamente aquí para que se aseara. Lo invité a que viniera a nuestro Comedor, pero lo no vino. Cuando otro día lo encontré, me dijo que le daba vergüenza comer con los ancianos, por lo que le ofrecí la posibilidad de comer solo, antes o después de ellos. Y así se solucionó este problema.
Durante el tiempo que estuvo viniendo, nos arregló la puerta de la casa, pues quería trabajar. Me contó que se vino de la casa de sus padres con un amigo, pero le fue mal. Lo convencí para que volviera a recuperar la relación con su familia. Llamé a su madre para que supiera de él. Vive en Gerona. No es fácil explicar la alegría tan inmensa que esto supuso para ella y para toda su familia Y al poco tiempo tuvimos la gran satisfacción de acompañarlo al aeropuerto. Él quiso hacer coincidir su llegada con el día del cumpleaños de su madre.
Muchas veces pensamos: “Solo por recuperar a este chico ha valido la pena estar en esta obra”

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