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Residencia de Nuestra Señora de la Soledad y San José

Visita cultural a la iglesia de San Luis en Sevilla

Dolores nos relata su experiencia de la visita cultural que la Residencia de Nuestra Señora de los Dolores y San José realizó a la Iglesia de San Luis de los Franceses.

Me llamo Dolores, tengo noventa y dos años, vivo desde hace año y medio en la Residencia Ntra Sra de la Soledad y San José, en Coria del Río, y me gustaría haceros partícipes del gran día que vivimos algunas compañeras y yo el pasado día 11 de Octubre.

Ese día nos pusimos muy guapas, ya que teníamos organizada una visita a la Iglesia de San Luis de los Franceses en Sevilla. Llegamos a las 11 de la mañana y fuimos recibidas por Fernando, el guía del conjunto monumental. Él nos contó muchas cosas y fue muy amable con nosotras. Al parecer, San Luis era un antiguo noviciado jesuita y llevaba cerrado cinco años, el tiempo que han estado restaurándola.

Lo primero que me llamó la atención al entrar es que en un patio central del edificio han colocado en el suelo, a modo de decoración, muchas tinajas. Curiosamente son tinajas que estaban en los techos del edificio y, al quitar las vigas de madera con las que se construía antes, han decidido dejarlas en el patio como decoración. La verdad es que quedan muy bonitas. Luego Fernando nos guió hasta la Capilla doméstica donde nos explicó por qué allí se encuentra unos de los mejores retablos de Pedro Duque Cornejo, el gran escultor. Pues veréis: resulta que el tal Pedro Duque estaba perseguido por la justicia por un lío con el pago de ciertas maderas y pidió asilo a los jesuitas. Éstos se lo concedieron, y como en aquellos años la justicia no tenía poder dentro de la casa de Dios, pues se dedicó a trabajar en el retablo, y, para no tener que salir, procuró emplear mucho tiempo e su obra. Por eso allí está uno de los mejores retablos que hizo éste escultor. Curioso, ¿verdad?

Luego, Fernando nos dirigió hacia la Iglesia pública de San Luis, que es la única iglesia redonda de Andalucía. Para ello subimos en un mini ascensor. Casi todas llevamos andador, pero aunque estamos un poco torpes, nos defendemos bien.

Nos comentó que el gran valor de esta Iglesia es que, al ser de uso privado, no se ha visto influenciada por otros estilos que no sean su barroco original. Además está muy bien conservada por tres motivos: el poco uso que se le ha dado, no se ha llegado a quemar nunca, la edificación está hecha a cierta altura sobre el nivel de suelo, por lo que no se ha inundado nunca.

Presidiendo la Iglesia de San Luís, en su retablo principal, se encuentra a San Luis de los Franceses. Hay una idea equivocada en Sevilla y es que muchos piensan que San Luis es de los franceses, por su nombre. No es así. Al parecer la persona que donó los terrenos a los jesuitas puso dos condiciones: la primera que San Luis presidiera el altar mayor (la donante era muy devota). Y por supuesto que la enterrasen a los pies del altar mayor.

También se encuentra allí nuestro San Luís, por el que siempre se ha dicho “eres más bonito que un San Luís de palo”, pero es que es realmente bonito, tiene una carita muy aniñada. Esta Iglesia es pequeñita pero es una verdadera joya. Es realmente preciosa; de las cosas más bonitas que yo he visto en mi vida. Ese día también me enteré de otro dato interesante: que el arco de la Macarena mira hacia el norte, y que por él, antiguamente, entraban o salían de Sevilla las personas que venían o iban a Madrid.

En resumen el día 11 pasamos una estupenda mañana aunque, por supuesto, no es la única actividad que hacemos en la Residencia. Además de salidas, en Ntra Sra de la Soledad y San José tenemos talleres diarios con distintas actividades cada día, pero bueno, eso lo contaré otro día.

Besos a todos.                                                                                                                                        Dolores.

 

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