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San Vicente de Paúl en Cádiz

De nuevo al colegio… ¡¡¡25 años después!!!

Empezamos agradeciendo a la ASOCIACIÓN DE ANTIGUAS ALUMNAS  Y ALUMNOS del Colegio, al AMPA y a la COMUNIDAD el habernos proporcionado este Encuentro que tanto nos ha hecho disfrutar a los que pasamos por el Colegio y ya nos fuimos.  Os contamos nuestra experiencia:

Día 13 de abril de 2018. Son las cinco de la tarde. Las puertas del Colegio ya están abiertas esperando la llegada de los antiguos alumnos. Unos minutos más y ya, en el hall se va notando un suave murmullo que poco a poco se va convirtiendo en “alegre jaleo”: ¡Qué alegría, qué ilusión volver a encontrarse después de tantos años!, pues, aunque algunos seguían en Cádiz, las exigencias del trabajo, responsabilidades familiares y tantas otras circunstancias dificultan lógicamente la posibilidad de encontrarse. Por eso, este ha sido un momento en el que la manifestación de alegría se convirtió en una auténtica “explosión” de felicidad, abrazos, besos….al saludarnos.

Y lo mismo al encontrarse con los profesores y Hermanas. Parecía que el tiempo había dado marcha atrás. ¡De nuevo en el Colegio!

Iniciamos la tarde, después de los saludos, participando en la Eucaristía. Esta celebración es siempre una fiesta, pero adquiere un tinte especial cuando se pone tanto interés, esmero y cariño en prepararla. Los cantos, todos ellos aprendidos en “aquellos tiempos”, salieron tan armoniosos, que parecía que haber estado ensayándolos el día anterior.

María Jesús Moreno Martínez nos ambienta a todos con esta emotiva monición:

Hoy  nos hemos reunido, Señor, para darte gracias un grupo de estudiantes vicencianos que hace 25 años terminamos un hito de nuestra vida. Hace ahora 25 años que salimos del Colegio, nuestro querido Colegio, donde vivimos nuestros mejores años: Años de inocencia, sinceridad, lealtad y sobre todo, donde fuimos inmensamente felices, y, que sin duda, nos dejó marcados para el resto de nuestra vida.

Tenemos que darte gracias por todos y cada uno de los profesores y Hermanas que nos dieron clases; ellos, más allá de su función docente, llegaron a facilitarnos las herramientas para que tuviéramos en nuestras vidas las habilidades y prácticas necesarias para enfrentarnos a ella, para saberla construir, y junto a tu mensaje de Amor, inculcado y ejemplarizado por cada miembro del Equipo Docente, fuéramos capaces, no sólo de labrarnos nuestro destino, sino también de intentar ser ejemplo del buen hacer y vivir cristianos. ¡Cuántas buenas personas hemos tenido a nuestra disposición en este Centro y qué bien lo hicieron! ¡Gracias!

Gracias, también, por nuestras familias, que tuvieron la valentía necesaria para integrarnos en esta comunidad, estando siempre junto a nosotros para que cumpliéramos con nuestra obligación en el estudio. ¡Gracias!

Ellos nos dieron los medios, Tú la capacidad, y nosotros sólo teníamos que aprovecharlos.

Gracias por haber mantenido la amistad que hoy une a este grupo de estudiantes: lo que se forjó hace 25 años permanece unido, y esperamos poder, no sólo mantenerlo, sino también aumentarlo.

Gracias por haber podido llegar hasta donde hemos llegado, por todos y cada uno de los logros conseguidos en nuestra vida, por ser el tipo de personas que somos, por haber sido capaces de formar las familias que hemos formado, y te pedimos que nos sigas ayudando a mejorar todo lo que nos queda; que podamos vivir y actuar como hijos tuyos y ser ejemplo para las generaciones venideras, y que este ejemplo lo demos no sólo aquí, en una celebración eucarística, sino en nuestro trabajo, en nuestra familia, con nuestras amistades, en el día a día. Mantén nuestra fe y danos ánimo, Señor.

Gracias, Señor, por estar a nuestro lado; que nuestro Ángel de la guarda nos siga protegiendo, y que, como dice nuestra fundadora, Santa Luisa de Marillac:”Bienaventurados aquellos que por disposición de la divina providencia, hacen de la caridad la ocupación ordinaria de su vida”.

      Las lecturas fueron proclamadas por Natalia Garzón Salgo, Silvia Luque Gajete.

Almudena Calzada, Marta Fernández Portillo e Inmaculada de la Peña hicieron peticiones  por la Iglesia, y su misión evangelizadora; por los laicos cristianos, para que sean fermento en medio del mundo; por las vocaciones, particularmente por los jóvenes para que sean generosos en entregarse al servicio de los demás. Y por las antiguas y antiguos alumnos de esta promoción de 1976 del Colegio de San Vicente de Paúl, , para que sepamos transmitir nuestro espíritu Vicenciano, siendo testigos fieles de la Medalla Milagrosa.

Llevaron las ofrendas y con ellas nuestros deseos, Carmen Beltrán, Belén Barreiro, José Macías, Laura Cubillana, María Larrañaga y Reyes Ragel: con las VELAS, nuestro interés y compromiso de ser LUZ  y VIDA para todos los que se relacionan con nosotros, especialmente por los excluidos de la sociedad.

      FLORES, que simbolizan el amor y la alegría que ha crecido en nosotros y debemos compartir con nuestros seres queridos.

Los PIN de la MILAGROSA, para que la VIRGEN  nos proteja toda nuestra vida y sepamos acudir a ELLA en todo momento.

Presentamos el PAN y el VINO, que convertidos en el Cuerpo y Sangre del Señor, nos ayuden a alcanzar la estatura de verdaderos cristianos.

      Nuestra muy querida Señorita Loly, a quien agradecemos viniera de Sevilla para acompañarnos, hizo la acción de gracias.

Terminamos la Eucaristía dando gracias al Padre por habernos dado a su Madre como madre nuestra.

Te damos gracias  Padre,

Porque has hecho en María grandes maravillas.

Ella es una criatura como nosotros,

pero Tú la hiciste Madre tuya.

Estamos orgullosos de María,

Porque forma parte de nuestro pueblo;

nosotros la llamamos bienaventurada,

pues Tú te fijaste en su humildad.

Por ella, Jesús se hizo uno de nosotros,

para que llegáramos a ser hijos tuyos.

A través de María

nos llegó tu misericordia;

Ahora estamos seguros

que tu ayuda no nos faltará.

Tu brazo nos protegerá siempre,

si te aceptamos como Ella

en nuestras vidas.

Has hecho de nosotros tu familia

y a tu Madre la hiciste Madre nuestra.

Ella nos invita a cantarte,

con ella te decimos:

¡Gracias, Padre nuestro!”

¡Con qué ilusión hicimos un recorrido por el Colegio! ¡Qué precioso todo! Y aunque mucho está renovado, las que fueron nuestras aulas aún guardan entrañables recuerdos, vivencias y simpáticas anécdotas. No podía faltar buscar el lugar donde, años atrás, estuvimos sentados. Yo aquí…Y yo aquí detrás… El patio donde tanto nos divertimos….Qué tiempos tan felices en los que la única preocupación era que nos pusieran ¡un EXAMEN en LUNES! 

Fotos y más fotos para el recuerdo.

Nos dijeron que el recorrido no sobrepasara los 30 minutos. Pero fue imposible. Todos los rincones eran motivo de comentarios.

Ya en el Salón de Actos nos dieron la bienvenida Juan Luis, Presidente del AMPA, que con satisfacción nos manifestó su participación en la organización de este Encuentro y Rosana, Presidenta de la Asociación, que nos fue explicando con detalle los inicios de esta, hace ahora 10 años, las actividades que se realizan, así como la aportación a obras sociales de las Hijas de la Caridad. Nos animó a que nos inscribiéramos en la Asociación.

Muy emotivo también fue el ver proyectados diferentes momentos de nuestro paso por el Colegio: desde que entramos bien pequeños: en las clases, excursiones, fiestas de la Hucha, las catequesis con Sor Laura, fin de etapas, COU etc…El ir identificando a cada uno, cuando entonces contábamos con 5, 8, 10, 14, 16, años, iba acompañado de risas y comentarios graciosos.

Almudena Gallardo y Silvia Luque Gajete se encargaron de dar las gracias, por la preparación y realización de este inolvidable acto, con estas preciosas palabras tan llenas de cariño:

Buenas tardes a todos, queridos compañeros, queridos profesores (antiguos y nuevos), miembros de la Asociación de antiguos alumnos, Hermanas.

Voy a intentar expresar con mi breve intervención las sensaciones que nos vienen en este momento tan emotivo y tan especial para todos, el reencuentro de los alumnos que finalizamos en la promoción 93-94 en nuestro colegio San Vicente de Paúl.

Hay tres palabras que comienzan por A, casualmente como las tres a AAA de la Asociación, a las que hemos estado enviando por correo las fotos, los teléfonos y los datos de compañeros, que nos van a ayudar a explicar lo que os queremos transmitir hoy.

Lo primero que sentimos todos en este día es AGRADECIMIENTO.  Agradecimiento con mayúsculas a la Asociación de antiguos alumnos y al Colegio, por invitarnos a esta celebración y por organizar el reencuentro. Habéis dedicado buena parte de vuestro tiempo para hacer posible que estemos todos aquí, gracias de nuevo, de corazón.

Agradecimiento a todos nuestros profesores, porque los años vividos aquí han sido probablemente los mejores de nuestras vidas, aunque no lo sabíamos entonces.

Nuestros profesores nos guiaron, nos formaron académicamente y dejaron una gran huella en nosotros. Nos transmitieron valores que han sido fundamentales para nuestra trayectoria vital,  y favorecieron siempre la cohesión de nuestro grupo:  éramos,  por entonces,  UNA GRAN FAMILIA.

En segundo lugar, no se me ocurre otra palabra mejor que ALEGRÍA. Es lo que reflejan nuestras caras desde que hemos puesto el pie de nuevo en el Colegio. Esa alegría que transmiten hoy nuestras miradas es la que siempre nos caracterizó como grupo. Cuánto hemos disfrutado: excursiones, convivencias de JMV en Benagalbón, donde Sor Laura nos acompañaba  con una paciencia infinita;  fiestas de la Hucha, fiestas de la familia, y en el día a día. No hacía falta que hubiese un acontecimiento importante, cada día en nuestro Colegio era para nosotros alegría. Éramos completamente inocentes, siempre optimistas y felices. Nos hemos reído hasta sin motivo, ¿quién es capaz de recordar sin una sonrisa anécdotas vividas en clase con Sor Castillo, Sor María Josefa, Sor Matilde, en las salidas a Santo Domingo para llevar nardos a la Patrona, en especial cuando fuimos en sexto de EGB con nuestra tutora Marita, con Merche en clase de Inglés…Son tantas las vivencias que se fue formando en nuestro interior un gran tesoro: el de nuestros recuerdos.

Por último, la tercera A no puede ser otra que la inicial de la AMISTAD. También celebramos hoy  nuestra AMISTAD. Esa amistad creció aquí mismo, en estas aulas, en este patio, en este salón de actos, en la capilla, en cada rincón del Colegio. Fue creciendo al mismo tiempo que nosotros. Hemos compartido confidencias, apuntes, hemos compartido nuestra infancia y adolescencia, nervios antes de los exámenes, hemos compartido nuestros sueños.

Esa amistad comenzó entre el grupo que se inició con Sor Feli, siguió gracias a la señorita Loli, continuó creciendo los años que estuvimos con Mª Ángeles Beltrán y con la señorita Mari Carmen, y se afianzó con la señorita que más tiempo tuvimos y que fue un modelo para todas nosotras, la señorita Mª Ángeles. Es Mª Ángeles García Rivera, pero para entendernos nunca nos han hecho falta apellidos, ella es nuestra señorita Mª Ángeles.

Es imposible expresar el inmenso cariño que le tenemos. Era tal nuestra admiración…Os voy a recordar una anécdota graciosa: en quinto de EGB, nuestro último año con ella, teníamos todavía clases por la tarde. Un día, apareció por la tarde con un vestido de tela vaquera muy favorecedor, estaba guapísima. Nosotras la valorábamos en todos los sentidos y nos pareció que estaba tan guapa que decidimos darle un aplauso cuando fuese a entrar en la clase. Recuerdo a María Jesús Bernabé organizándolo todo y a las demás nerviosas por aplaudirla. No sé realmente lo que ella sintió cuando nos vio a todas de pie brindándole un gran aplauso. Aunque surgió por ese vestido de tela vaquera, pienso ahora que el aplauso arrancó desde nuestro interior queriendo mostrarle todo lo que la queríamos, y la seguimos queriendo, por supuesto.

Celebrando nuestra AMISTAD con ALEGRÍA queremos seguir mostrando nuestro AGRADECIMIENTO a todos los demás profesores que nos acompañaron en el camino, nos gustaría hacer una  mención especial a Salvador, del que nunca olvidaremos sus maravillosas clases de literatura con la Celestina y la Casa de Bernarda Alba que despertaron en nosotros las ganas de leer.

No es fácil  explicar los sentimientos que a una se le remueven por dentro al volver a pisar estos pasillos, al ver de nuevo caras que hacía muchísimo tiempo que no veía y con las que, al charlar, parece que no ha pasado el tiempo, al verme con bastantes años menos (tampoco tantos….) con esa faldita de cuadros, esas ganas de reírme, esos paseos en el autobús del Colegio, los disfraces de las fiestas….

Supongo que a cada uno la vida nos habrá tratado de manera distinta: algunos estaremos como nos imaginábamos y hablábamos en las gradas del patio, y otros, si nos hubieran dicho cómo íbamos a estar 25 años después, ni nos lo creeríamos. Pero aquí estamos, con nuestras cargas y nuestras responsabilidades, con el bagaje que el paso de la vida nos ha aportado, con algunos kilos y arruguitas de más (aunque hay quien se conserva tela de bien), pero al fin y al cabo hoy aquí celebrando lo que fuimos y lo que somos, una quinta que se reía de su sombra y que siempre, siempre sabe y sabrá ponerle al mal tiempo buena cara, y eso también lo celebramos hoy porque gran parte de eso lo fuimos curtiendo aquí en estas paredes, y ellas nos vuelven a recibir años después para demostrarnos que podrá pasar mucho tiempo, pero nunca tanto como para olvidar y no agradecer lo que vivimos en este Colegio.

Y mientras unos lo pasábamos tan felizmente, otros, miembros de la Asociación y del AMPA, preparaban fuera los aperitivos, que después tomamos en medio de una muy agradable tertulia. ¡Es que no faltó un detalle!

                                                                                     ¡Muchas gracias!

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