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En Sevilla

Jornada misionera de Covide-Amve

“Poner fin a la pobreza en todas sus formas, en todo el mundo”

Con este lema nos encontramos en la Casa Provincial de España Sur, un grupo de Hermanas, A.I.C., miembros de la asociación de la Medalla Milagrosa, dispuestos todos a escuchar, despertar inquietudes y comprometernos con este objetivo del milenio.

Iniciamos el encuentro a las 10’00h. con una motivadora oración que nos introdujo acertadamente en el tema que nos reunía;  seguidamente contamos con el saludo que nos dirige Sor Pilar Rendón (Visitadora de la Provincia) cuyas palabras nos ayudan a ver la importancia y el papel de la Familia Vicenciana en la labor común de  “erradicación de la pobreza”.

Eran ya las 10’30h cuando Sor Mª Jesús Arrula inicia su ponencia, que no pretendía ser una mera transmisión de conocimientos, sino más bien una mezcla entre exposición y reflexión. Y aunque sea imprescindible dar números y cifras, no nos quedaremos en ello, sino que iremos mucho más allá, estas fueron sus palabras. Como propio de toda reflexión se lanzaron interrogantes y cuestiones. Porque es necesario que todos los comprometidos con la Iglesia y con el Espíritu Vicenciano nos interroguemos ante las distintas circunstancias y realidades y podamos decir como nuestro Fundador ¿Qué haría Jesucristo?. ¿Qué puedo hacer yo?. Tenemos que mirar la sociedad, esto es lo que hicieron Vicente de Paúl y Luisa de Marillac: mirarla con profundidad,  y dar respuesta.

Sigue Sor Mª Jesús introduciéndonos en el objetivo: “PONER FIN A LA POBREZA EN TODAS SUS FORMAS, EN TODO EL MUNDO”. “Poner fin”, es decir, acabar con la pobreza, con todas sus formas y  en todo el mundo. Entonces, nos interrogamos ¿no es una utopía este objetivo? O ciertamente, ¿es posible? En el evangelio de San Mateo en el capítulo 26,11 dice: ”los Pobres siempre los tendréis con vosotros” ¿Entonces…?

Para dar respuesta a esto hay saber: ¿qué es la pobreza? ¿A qué llamamos pobreza? ¿Qué formas de pobreza existen? ¿Qué clases de pobreza hay en nuestra sociedad? Por qué  estos conceptos pueden ser muy relativos. No es lo mismo un pobre de África que un pobre europeo o un pobre americano. En definitiva, el problema de la pobreza es un problema prioritariamente político, de opciones políticas y de prioridades políticas.

A medida que avanzaba la mañana y con los interrogantes que lanzaba a la sala iba manteniendo el interés y el deseo que despertaba era de “cada vez más”  “Pobreza y pobres… ¿Son palabras que nos inquietan, que nos interrogan, o son palabras que todo el mundo maneja y manipula para diversos intereses?”  Esto queda para la reflexión de cada uno.

Trató de definir la pobreza pero las definiciones son múltiples: “Es la situación de no poder, por falta de recursos, satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas de una vida digna,​ como nivel la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria, el agua potable o la electricidad.  Pobreza no es “tener poco”, es el conjunto de barreras que hacen indigna la vida humana. También se suele considerar pobreza las situaciones en que la falta de medios económicos impide acceder a tales recursos. Situaciones como el desempleo, la falta de ingresos o un  bajo de los mismos.

Pero…por si fuera poco, a la palabra pobreza unimos otra; exclusión social. Pobreza y exclusión social, conceptos complementarios, pero con características propias, dimensiones.

Nos podemos preguntar: En nuestra vida ¿hemos detectado a todos los pobres? o ¿quizá nos conformamos con los que ya tenemos? ¿intuímos a los pobres y salimos a su encuentro? .

La ponente, Sor Mª Jesús, nos seguía animando e introduciendo cada vez en más profundidad…No podemos solamente que enumeremos a los pobres, sino que sepamos donde están, cómo viven, cuáles son sus sentimientos, sus problemas, su vida. A los pobres no se les clasifica, se les intuye. Tenemos que pedir al Señor que nos ayude a intuir, descubrir, aceptar, respetar, amar a los pobres. Tenemos que ver, escuchar y vivir lo que ven, escuchan y viven las mujeres y los hombres en el corazón de la pobreza. Sólo desde ahí podemos a ayudar a los pobres a conseguir que salgan de su pobreza y devolverles su dignidad.

En el mundo de hoy, donde muchas cosas están controladas, medidas, corremos el riesgo de quedarnos en números, como si los pobres fueran objetos que podemos llevar y traer, discutir, planificar, decidir. No podemos quedarnos en los datos, es necesario pasar a la acción, al compromiso a la solidaridad con los pobres. Jesús se hizo pobre no por amor a la pobreza, sino por amor y solidaridad hacia los pobres. La pobreza no está de acuerdo con el plan de Dios.

La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos mundiales con que se enfrenta actualmente el mundo. Es necesario que estos propósitos no se queden en tranquilizantes de conciencia de ricos ante los pobres. La erradicación de la pobreza es más cuestión de solidaridad y de justa distribución que de carencias de bienes.

Erradicar la pobreza no es sinónimo de aliviarla, es forzar la superación de un umbral limite que permita un nuevo sistema de relación. Es aunar la lucha contra las causas que la provocan y no sólo contra sus consecuencias.

Se ha demostrado que existen recursos suficientes para erradicar la pobreza. Estos podrían venir de la redistribución de los presupuestos, de la diminución de los gastos militares y de posibles impuestos sobre flujos financieros especulativos.

Dado que es técnicamente posible erradicar la pobreza y que existen recursos suficientes para ello, si no lo hacemos estamos optando deliberadamente por el mantenimiento de la pobreza

No podemos prescindir de nuestro Carisma propio, nuestro sello Vicenciano. Podemos decir tuvieron una gracia y una cualidad extraordinaria: “LA CARIDAD”; ellos no se quedaron contemplando el don, sino que, supieron ponerlo al servicio de los demás,  respondiendo a sus llamadas y sabiendo descubrir todas aquellas necesidades que la sociedad de su tiempo tenía.

Tenemos que conocer la realidad, para denunciar todo aquello que no ayuda al hombre a crecer como tal, que no le permite dar sentido a su vida.

Hay que denunciar muchas más cosas, pero no basta sólo con denunciar, hay que saber cómo hacerlo. Hay que hacerlo de forma constructiva, para que todos tomemos conciencia de las realidades y demos respuestas positivas y provechosas.

Los vicencianos no podemos dar la espalda a los graves problemas de la realidad socio-cultural donde estamos implantados. De ahí la diversidad de nuestros centros y la respuesta y compromiso adecuado para cada lugar.

Dentro de la reflexión nos llevó a unos retos para nuestra vida: nuestro campo de acción tiene que  pasar a ser el lugar donde las cosas y situaciones tienen su verdadero nombre, donde se toman posturas razonables y personales. Donde cada voluntario tiene que llegar a su servicio dejando el resto de la vida atrás, portando un mensaje de vida y esperanza por encima, a veces, de las duras realidades. Esto requiere mucha convicción, esfuerzo y vida, en el trabajo que llevamos entre manos.

Creo que me hago portadora del sentimiento común de todos los que allí estábamos, sí digo que, por supuesto, merece la pena seguir luchando, trabajando, para que en esta sociedad  brille la luz del Evangelio y los pobres puedan ser promocionados, educados, liberados. Nos vamos con  ilusión, esperanza, ganas de trabajar,  sabiendo que somos herederos de un gran tesoro.

Después de esta mañana de reflexión y compartir inquietudes, nos fuimos al comedor para participar de la mesa fraterna del almuerzo.

Tras un breve, pero merecido descanso, reiniciamos la tarea de la tarde y para ello contamos con Sor Sabina, presidenta nacional de COVIDE-AMVE.

Ella fue la encargada de explicar a todo los asistentes, qué somos y quiénes son los que forman dicha Asociación. Hizo una lista de los socios, voluntarios, misioneros, colaboradores y por supuesto el equipo de la Sede Nacional.

Después de explicar el objetivo del año:          “Poner fin a la pobreza en todas sus formas, en todo el mundo” continuó con todos los proyectos que, desde COVIDE-AMVE, se atiende, extendido por toda la geografía universal, gracias a las donaciones y por supuesto a las subvenciones que  desde las distintas autonomías españolas se reciben.

Todo supone un trabajo muy serio que la Sede, misioneros y colaboradores realizan, sabiendo que lo que nos mueve es Jesucristo, fuente y modelo, y nuestros Fundadores, cuya sensibilidad nos compromete en el trabajo por el desarrollo integral, sensibilizando y educando para el desarrollo, ayudando con las becas, gestionando proyectos de desarrollo y llevando una buena gestión.

Es verdad que el tiempo se nos hizo corto pero tenía que ser coronado con una Eucaristía festiva y comprometedora, desde la cual nos sentimos enviados a la sociedad.

Que San Vicente y Santa Luisa nos ayuden y protejan. Ellos nos están diciendo:

            ¡No temáis! ¡Llenad vuestro corazón de amor de Dios y

                 amor a los pobres y vuestra tarea será muy fácil!

Con alegría de ser partícipe de este Carisma y de hacer disfrutado en este encuentro

Una participante

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