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Encuentro de Hermanas

Encuentro Interprovincial de Hermanas de Formación Inicial en Misión

Los días 28 de Noviembre al 1 de diciembre de 2019 en Los Almendros (Madrid) tuvo lugar el Encuentro Interprovincial de Hermanas de Formación Inicial en Misión.

Durante estos días tuvimos el gozo de estar acompañadas por Lola Arrieta y Cova Orejas, Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna que participan en el conocido Proyecto de acompañamiento “Ruaj”.

Ellas fueron las encargadas de presentarnos el tema elegido: “Relato de la propia vida vivida como vocación” y de poner a nuestro alcance las herramientas para conseguir el objetivo que nos marcamos al inicio: Repensar la vida como vocación y hacer memoria del pasado próximo guardándolo en el corazón y abriéndonos al futuro con agradecimiento y fe esperanzada.

Comenzamos con una actividad en la cual a través de una línea imaginaria que representaba los años de pertenencia en la Compañía señalábamos puntos de inflexión, momentos que nos han generado tristeza, alegría, confusión, desazón…, algunos de ellos guardados en el baúl de lo que no se habla pero que nos han configurado tal y como somos hoy. Fue muy constructivo compartir por parejas la relectura que cada una de nosotras habíamos hecho para posteriormente compartirlo en grupo. También se nos invitaba a tomar conciencia de por dónde caminábamos y detectar aquellas inquietudes y dificultades que nos preocupaban.

Agradecidas por la mediación de la comunidad itinerante, dimos un paso más de la mano de un testigo forjado por el Señor, Isaías “Aquí estoy, envíame a mí” (Is 6,8), y al hilo del texto profundizamos en el itinerario pedagógico, concretamente en los tres elementos que hay que tener en cuenta para vivir la vida en clave de vocación: experiencia teofánica, proceso de consagración que nos va forjando y envío en misión.

Con el deseo de vivir cada día más arraigadas y conectadas a Él, es decir, vivir con conciencia la vida como misión, comenzamos el día recorriendo juntas la  Calle de las Tareas en la que profundizamos en la premisa de que el “Ser adulto se define, entre otras cosas, por la capacidad de trabajar” recordándonos precisamente que las tareas no son la misión; el Barrio de las Motivaciones donde descubríamos que “es importante lo que hacemos pero aún más lo que nos mueve en eso que hacemos” y en lo importante que resulta identificar las motivaciones primarias para mejorar la gestión de las mismas así como alimentar aquellas motivaciones secundarias que nos mueven a hacer cuánto hacemos; la Plaza Mayor lugar donde se nos animaba a pedir el don del Espíritu para caminar hacia un proceso de reunificación y “vivir la vida como misión” y el Barrio de la Fraternidad para vivir en actitud de hij@s y herman@s.

La mañana del domingo la dedicamos a profundizar en diferentes puntos  de especial interés que durante nuestras intervenciones reflejaron ser una preocupación o inquietud en nuestro caminar vocacional: testigos confusos que toman otros caminos que son mediaciones para mirar a Jesús, dificultades en la integración de la vida como misión, necesidades que subyacen en las motivaciones primarias y que cuánto más estén equilibradas mejor podremos responder en nuestra entrega a los demás, valores que son intereses vitales, relación con Dios en los momentos de adversidad, pérdida de personas significativas, importancia de tomar conciencia de la presencia de Dios en nuestra vida a través de momentos de intimidad con Él, descubrir la vocación personal dentro de la vocación común y la dificultad de dejar a Dios el centro de nuestra vida y apartar nuestro Yo.

Nos sentimos agradecidas por la claridad, dinamismo y creatividad en sus exposiciones que favoreció nuestra reflexión personal y comunitaria así como la participación en el desarrollo del encuentro y en el rico compartir con la “comunidad itinerante” allí presente.

Resultaron unos días estupendos, llenos de complicidad y buen ambiente, liturgia cuidada acompañada de cantos que nos introducían en el tiempo de Adviento que empezábamos, y por supuesto, espacio para las risas y momentos emocionantes para despedir a las cuatro hermanas que finalizaban esta etapa de formación inicial.

Pusimos fin a este magnífico encuentro dando Gracias a Dios por cuánto nos había regalado, con el convencimiento de lo necesario que es continuar ahondando en la formación humana para así ser las Siervas que el Señor quiere y que los Pobres necesitan.

Como siempre expresamos también nuestra gratitud a las Hermanas de la Casa que nos acogen siempre con cordialidad y alegría.

Sor Mª José Alias

España-Sur

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