Comunidad Regina Mundi

La Comunidad de Hermanas Mayores “REGINA  MUNDI “, lleva funcionando desde el año 1978 (1—mayo—1978).  Surgió como respuesta al problema que planteaban,  – allá por la década de los 70, – las Hermanas Mayores, cuando las Instituciones  públicas  manifestaron que las personas jubiladas no podían permanecer en los Centros. 

                     Por tanto, la Comunidad de Hijas de la Caridad tenía que dar respuesta a dicha situación, ya que lo impone el ritmo imparable del calendario que nos añade “años a la vida” y no cabe otra solución que añadir “vida a los años” , para intentar lograr que las Hermanas Mayores vivan inseparablemente la *fidelidad y la felicidad.

                Otro problema se añadía al anterior:  “ la edad y enfermedad de  padres y hermanos de Hijas de la Caridad, que de día en día se agudizaba. Crecía el número de Hnas, que pedían ausencia  de una Casa de la Compañía para poderles prestar la atención y cuidados que requerían.

               Después de un buen estudio y reflexión, se hizo un buen discernimiento pidiendo la luz del Espiritu  en la Asamblea Provincial de 1973, y se llegó a la conclusión de que era necesaria una Residencia para Hermanas Mayores y familiares de nuestras Hermanas.

            Desde entonces se viene prestando este servicio, con dedicación plena, entusiasmo, alegría, dotándola de todos aquellos medios que faciliten la atención y cuidado a nuestras Hermanas Mayores … “tesoros  de  la  Compañía”,   como ellas se lo merecen.

               También proporciona una gran satisfacción, ver como las Hermanas que tienen que atender a sus familiares, por razones diversas,  pueden hacerlo sin salir de la Comunidad o están tranquilas de que se les atiende con cariño y delicadeza, teniendo todos los cuidados necesarios a su alcance.               

                 En aquellos primeros años la edad de los FAMILIARES y HERMANAS que llegaban a la Residencia, no era muy alta. Todos se sentían útiles y contentos prestando pequeños servicios en beneficio del bien común. Esto les proporcionaba alegría y unión.

                Un taller de Laborterapia ocupaba parte de su tiempo; se realizaban en él trabajos de diferentes clases: labores, trabajos manuales, ropa de punto, crochet, ropita de niño, etec, etc……….  Todo pasaba a la pequeña  “venta de caridad”  y cuanto se recaudaba era enviado a Misiones,  familias pobres,  pequeños proyectos en Marruecos, etc..  Para las Hermanas era una manera de seguir realizando su “servicio de Pobres”  y para los Residentes, “sentirse útiles”, como hasta esos momentos lo habían sido.  También era una bonita forma de estrechar las relaciones entre ellos y animar la convivencia diaria.

      En la actualidad,   la situación es la siguiente:

       personas en la Comunidad:   41   Hermanas

                                                      15  residentes

          Las cosas han cambiado bastante, las Hermanas van cumpliendo años, la vida se alarga gracias al cuidado esmerado que se les tiene, y a los medios sanitarios de que dispone la Residencia,  pero el deterioro de la naturaleza se deja notar y “mucho”.

          Los familiares de Hermanas, también llegan más agotados y con más años, ya que resisten al máximo en sus domicilios.  Todo esto no les permite hacer muchas cosas de las programadas  y que en años anteriores se hacían,  pero eso sí, lo poco que pueden hacer lo realizan con alegría y cariño, sintiéndose un poquito útiles en esta gran familia,  por supuesto,  permanece vivo el objetivo principal:”que vivan alegres y con esperanza”

           El taller de labor terapia ocupa parte de su tiempo, tanto a Hnas. como a seglares:  realizan pequeños trabajos manuales, pinturas, hacen ejercicios de movimiento con pequeños juegos, etc…. Algunas Hermanas trabajan además:  punto, crochet, pequeñas labores, etc…… que en momentos determinados se recaudan algunos fondos en beneficio de los pobres, sobre todo para nuestras Hnas. de Marruecos.   De esta manera se sienten útiles y gozan pensando que su pequeña aportación llegará a los Pobres.  También se estrechan las relaciones de convivencia entre unos y otros.

           En las Hermanas es admirable su deseo de ayudar,  compartir, prestarse pequeños servicios….. En la medida de sus capacidades.  Son amantes de la Comunidad, disfrutan participando en los actos comunitarios:  la Oración y Eucaristías bien preparadas, Intercambios participativos,  pequeños detalles en fiestas, etc…..   Se intenta  poner en todo esto una nota de alegría para que ellas disfruten  “viendo y oyendo”  ya  que activamente no pueden participar mucho.

          Para promover y estimular todo lo que ayude a crear entre todos una convivencia cordial, alegre y relajante, se programa  alguna salida  muy cercana, de corta duración, que rompa la monotonía del día a día.     

Así mismo, la celebración de algunas fiestas durante el año:  Navidad,  Fiestas locales,  acontecimientos en la Residencia,  Cumpleaños,  Onomástica,  etc……. Son otros estímulos a plantearse la vida con alegría y esperanza, que como se ha dicho anteriormente, es el objetivo a alcanzar en esta convivencia familiar.

En cuanto a recursos  materiales.  Las instalaciones de la Residencia son  adecuadas y se han ido mejorando, para suplir, en la medida de lo posible, las limitaciones de nuestros Mayores.   < Las habitaciones son individuales, con ducha dentro;  cada planta cuenta con una sala de estar,  terraza, donde poder salir y pasear;  enfermería…….   En la planta baja  hay un pequeño gimnasio, donde cada uno puede hacer  un poco de rehabilitación, según sus posibilidades;  un hermoso jardín embellece el entorno del edificio y posibilita a las personas  pasear y respirar aire puro, aunque, por las razones ya manifestadas,  es poco visitado.

         Recursos  funcionales:   Son respetados los derechos y deberes de los residentes y de sus familiares. Existe un buen intercambio de visitas entre ellos, que realizan con plena libertad, respetando siempre el horario y funcionamiento de la Casa.  Con toda libertad pueden, si lo desean, pasar unos días con sus seres queridos.

         Los recursos humanos,    también se han reforzado con miras a cumplir el objetivo,  “atenderles y cuidarles lo mejor posible”,   llegando donde ya ellos no pueden llegar. 

            Se ha aumentado el personal colaborador, en horario de mañana,  tarde  y  noche a fin de llevar a cabo una atención lo más personalizada posible,  ayudarles a que realicen sus pequeñas tareas,  animarlos a caminar prestándoles la ayuda necesaria, con el fin de que no se queden incapacitados antes de tiempo.  Se ha integrado en el grupo de Auxiliares, una Enfermera titulada, pues, como al principio se manifestó, la mayor demanda de las personas Mayores en el momentos actual, es la sanitaria.  También se  va dotando de material adecuado técnicamente, para facilitar el trabajo de las cuidadoras y como consecuencia mayor beneficio para las personas atendidas, como: grúas,  camas articuladas, preparadas con barandillas, y demás complementos útiles …. Un médico visita la Residencia todas las semanas,   y las relaciones con el Centro de salud son  buenas.    

                    Desde el respeto (a los seglares) se les ofrece ayuda espiritual, intentando vivan y “convivan” con alegría, sin añoranzas del pasado y con la esperanza gozosa de llegar a disfrutar del AMOR que Dios Padre les tiene.

¡  GRACIAS,  SEÑOR !,  porque con tu ayuda

                                                     haces  posible  que esta Casa  funcione.